Hoy aparece en los hechos de los Apóstoles la ciudad de Seleucia.
Seleuco I Nicátor de Siria, uno de los compañeros y sucesores de Alejandro Magno, fundó Pieria en el año 301 a.C. Esta ciudad llamada, Seleucia Pieria, ubicada al norte de la desembocadura del río Orontes y a los pies de las montañas Pieria. La ciudad creció y se consolidó como el puerto de mar de Antioquía. Mas tarde se convirtió en una de las “Tetrápolis Sirias,” diseñada para promover la cultura helénica en Siria. En ese entonces era una importante ficha de juego política, militar y económica en las guerras Ptolomeas-Seléucidas. En el 64 a. C. fue ocupada por las tropas de Pompeyo y quedó bajo dominio romano. Roma hizo de Seleucia una ciudad libre y luego en el año 70 d.C. se convirtió en la base de la flota imperial.
Pablo de Tarso y Bernabé partieron de este puerto en su primer viaje misionero (Hechos 13, 4). La ciudad fue pronto cristianizada. El obispo Zenobio, es el mas antiguo que se conoce y que fue presente en el Concilio de Nicea I en el 325. En el siglo IV, Eusebio, y Bizo. En el siglo VI, los Notitia Episcopatuum de Antioquía, dan a Seleucia Pieria un arzobispado autocéfalo, sufragáneo de Antioquía, la diócesis existió hasta el siglo X. La ciudad sigue siendo sede titular de la Iglesia Católica Romana, Seleuciensis Pierius.
Perteneció al imperio bizantino. Hacia el siglo V d. C. la ciudad decayó, su importancia llegó a un abrupto final, cuando un gran terremoto y el tsunami resultante, probablemente mayo 526, devastaron la ciudad y su puerto. En el siglo VII las invasiones musulmanas la arruinaron definitivamente.
Hoy en día existen numerosos restos arqueológicos, ubicados cerca de la actual ciudad turca de Samandağ.
Seleucia fue el puerto de donde Pablo y Bernabé salieron con Juan Marcos en su primer viaje misionero (cerca de 49 d.C. , ver Hechos 13, 4). A pesar de los Hechos no lo mencionan mas, Seleucia pudo ser el puerto al que Pablo y Bernabé llegaron en su viaje de regreso (Hechos 14:26). Pablo probablemente pasó a través de Seleucia de nuevo en el final de su segundo viaje misionero (Hechos 18:22).
Parte del puerto antiguo (hecho a mano) se puede apreciar todavía, aunque se haya encenegado. Este puerto causo problemas continuamente y requirió mantenimiento frecuente.
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