miércoles, 4 de marzo de 2015

Cripta del Apóstol Santiago en la Catedral de Compostela


La liturgia nos relata hoy la petición de Santiago y Juan, para ocupar un puesto preferente junto a Jesús. Santiago, efectivamente, fue el primer en beber el cáliz del Señor. Por eso, vamos a venerar su memoria en en lugar más santo de la catedral compostelana: su cripta.

De acuerdo con la tradición, bajo el altar mayor de la Catedral se encuentra el sepulcro de Santiago y sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro. Por temor a las frecuentes incursiones de piratas ingleses, especialmente de Francis Drake que había amenazado Compostela tras haber desembarcado en La Coruña en 1589, por orden del arzobispo Juan de Sanclemente, las reliquias fueron trasladadas aquel mismo año y escondidas en el suelo del ábside del templo al lado de la capilla mayor. Con el tiempo se fue olvidando este lugar y en enero del año 1879 el cardenal Miguel Payá y Rico decidió recuperar las reliquias y se realizaron diversas excavaciones hasta encontrar una urna que contenía huesos en la zona del ábside; después de un análisis por parte de la Universidad compostelana, la Santa Sede realizó un proceso que culminó en su autentificación por el papa León XIII en 1884 mediante la bula Deus Omnipotens.


Se realizaron reformas en la cripta para mostrar las reliquias en una nueva urna de plata cincelada de estilo románico con la imagen central de Maiestas Domini dentro de una mandorla rodeado por el tetramorfos y los Apóstoles a ambos lados, que fue realizada según diseño de José Losada en 1886 y colocada sobre un altar de mármol.

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