sábado, 18 de octubre de 2014

Reliquias de san Lucas en Santa Justina de Padua


Encontramos referencias a san Lucas en la segunda Carta a Timoteo, como discípulo de san Pablo, lo que explica la abundancia de datos en la redacción de los Hechos de los Apóstoles, referidos a la persona de Pablo. Se discute si fue martirizado o si bien, según el antiguo "Prefatio vel Argumentum Lucae" murió anciano de muerte natural. Sí sabemos que siguió predicando por las tradiciones en Macedonia, Acaya y Galacia y que supuestamente falleció en Beocia. Con todo, según una tradición antigua (Gaudencio PL 20, 962), Lucas habría sido martizado junto a Andrés el Apóstol en Patras, en la provincia romana de Acaya.

La tradición indica que San Lucas mandó ser enterrado junto a la imagen tallada de "nuestra Señora" que él mismo había confeccionado. Luego, como refiere San Jerónimo (cf. De viris ill. VI, I), sus huesos fueron transportados a Constantinopla, a la basílica de los Santos Apóstoles.

Cuando sus restos sufrieron aquel primer traslado, el emperador se hizo cargo de aquella imagen tallada, la cual originaría (siglos después) el culto a la Virgen de Guadalupe en España.

En tiempos de las Cruzadas, las reliquias del santo llegaron a Padua. Desde entonces se conservan en la iglesia de Santa Justina. (El cráneo fue en cambio trasladado en 1354 de Padua a Praga a la catedral de San Vito por voluntad del emperador Carlos IV).


Las principales localidades que se atribuyen la posesión de las reliquias son Constantinopla, Padua y Venecia. La traslación de las reliquias de Lucas el Evangelista a Constantinopla en el siglo IV cuenta con suficiente documentación. Por su parte, la de Padua es mencionada en el Martirologio romano; y la Basílica de Santa Justina en Padua conserva un arca, llamada de san Lucas, que custodiaría su cuerpo menos la cabeza.

La Basílica de la Abadía de Santa Justina, está situada en el centro de Padua (Italia), cuya construcción actual data del siglo XVII. Fundada en el siglo VI en la tumba de Santa Justina de Padua por el prefecto del pretorio Venanzio Opilione; desde el siglo XV era un importante centro monástico, y luego suprimida por Napoleón Bonaparte en 1810.


La basílica alberga los restos de varios santos: además de la mencionada santa Justina, se encuentran los de san Prosdócimo y san Máximo, santo Urio, santa Felicitas, san Juliano, y reliquias de San Matías y San Lucas Evangelista.

Arca de San Lucas. Santa Justina

Con sus 122 metros de largo y 82 de ancho, la «Basílica de la Abadía de Santa Giustina» es una de las más grandes de la cristiandad. Las dimensiones de la basílica son proporcionales a la enorme plaza Prato della Valle ante la que se levanta.

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