En 49 o 50, la ciudad de Filipos recibió la visita del apóstol Pablo. Acompañado de Silas, Timoteo y, quizás, de Lucas, predica por primera vez en suelo europeo y bautiza allí a una comerciante de púrpura llamada Lidia, en un río al oeste de la ciudad: había allí entonces una comunidad judía, y una sinagoga atestiguado por la epigrafía.
Pablo habría visitado la ciudad en otras dos ocasiones, en 56 y 57. La epístola a los filipenses dataría de 54-55 y testimonia el impacto inmediato de la palabra paulina. El desarrollo subsecuente del cristianismo en Filipos está bien atestiguado, sobre todo por una carta de Policarpo de Esmirna dirigida a la comunidadd filipense hacia el 160, y por la epigrafía funeraria.
Inscripción del obispo Porfirio en la Basílica de Pablo |
La primera iglesia atestiguada en la ciudad es de tamaño modesto y corresponde probablemente al origen de una casa de oración: esta Basílica de Pablo, identificada por una inscripción de un pavimento de mosaico, está datado hacia el 343, por la mención del obispo Porfirio, cuya presencia está atestiguada en el concilio de Sárdica ese año.
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