La Santa Cruz es el lugar más santo del cristianismo, pues allí, sobre aquel madero, fue donde Cristo murió para salvarnos, entregando su existencia en la forma más cruenta por parte de los hombres, y más llena de amor por parte de Dios. Ningún lugar o edificio, por grandioso que sea, puede ensombrecer la centralidad de la Cruz como lugar santísimo. Por eso, queremos hoy contemplar este misterio en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. a pesar de la grandiosidad del lugar, su magnificencia enmudece ante el misterio de la Cruz, que es venerada desde el Santo Padre Benedicto hasta el último de los fieles cristianos.
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