En el año 1858, en la gruta de Massabielle, la santísima Virgen María se apareció a Bernardette Soubirous. La gruta esta a las afueras de Lourdes a orillas del río Gave. Aquí fue donde, broto un manantial de agua limpia que desde esa fecha ha sido objeto de muchas curaciones milagrosas. Es el que descubrió la joven Bernardette siguiendo las indicaciones de la Stma. Virgen.
La gruta está formada por varias cavidades rocosas desiguales. La más grande se ha convertido el lugar por excelencia de veneración paso de peregrinos y lugar de celebración de la eucaristía En la parte derecha, en alto, se encuentra la imagen de la Virgen, dentro de un hueco rocoso de, mas o menos, dos metros de altura. Es el lugar exacto donde se aparecía la Virgen a Bernardette. La imagen es blanca sobre un pedestal, con un cinturón azul y rosas de oro en los pies, en el que se puede leer: “Que soy era Inmaculada Concepciou” (Yo soy la Inmaculada Concepción), palabras con las que se identifico la Señora a Bernardette. La imagen fue esculpida por el artista Fabish siguiendo las indicaciones de Bernadette. A pesar de las indicaciones, al principio no le gustó a la joven. Le pareció demasiado grande, no tan joven y menos sonriente de como ella la recordaba. La imagen fue bendecida el 4 de abril de 1864, pero Bernadette no pudo asistir ya que se encontraba enferma.
El lugar se ha convertido en uno de los santuarios mas concurridos del mundo y donde Nuestra Señora de Lourdes , no ha dejado de obrar gran cantidad de los milagros y conversiones. Un Lugar donde el sufrimiento se mitiga y el espíritu se esponja con la dulzura y el consuelo de una madre.
Hoy, 11 de febrero, la Iglesia hace memoria de las apariciones y con ella nos encomendamos a Nuestra Señora, para que ella interceda por todas nuestras enfermedades y dolencias tanto corporales como espirituales y atendiendo a nuestros ruegos escuche y atienda nuestras plegarias.
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