La
tradición cristiana ha identificado el pueblo árabe de Kafr Kana, en la Baja Galilea con
Caná. Aquí es donde, según la tradición, Jesús realizó el milagro del vino
cuando fue a una boda y convirtió el agua en vino. En el siglo XVII Kafr Kana
fue reconocida por el Vaticano, y el Papa confirmó oficialmente que esta localidad
se correspondía con Caná de Galilea. Tras su reconocimiento, el pueblo se
añadió a la lista de lugares sagrados del Cristianismo. Algunos investigadores
identifican Kafr Kana con la Kana que mencionan las antiguas cartas egipcias de
Amarna (escritas hace unos 4.000 años).
Durante
el periodo romano-bizantino (hace entre 1.000 y 2.000 años) habitó aquí una
gran comunidad judía, pero parece que en tiempos de los mamelucos (hace unos
800 años) la mayoría de los residentes de Kafr Kana eran cristianos, aunque
siguiera habiendo una comunidad judía. En la actualidad, buena parte de sus
habitantes son musulmanes.
En
el centro del pueblo hay algunos vestigios de antiguas construcciones y cuevas
funerarias. Sus habitantes han levantado casas nuevas hacia el sureste y el
noreste del antiguo poblado. El lugar más destacado es su iglesia católica,
construida en 1879 en el punto donde según la tradición se produjo el milagro
del vino. Junto a esta iglesia se encuentra la ortodoxa griega de San Jorge,
construida en 1886, donde se encuentran dos vasijas de piedra que, según los
fieles, son las mismas en las que Jesús convirtió el agua en vino.
Existe
igualmente otra iglesia bajo la advocación de San Bartolomé, construida, según
la tradición, donde se alzaba la casa de Natanael de Caná (San Bartolomé), uno
de los discípulos de Jesús.
Cada
año visitan Kafr Kana unos 200.000 turistas. Inspirada por el milagro del vino,
se ha desarrollado aquí la tradición de celebrar bodas, así como de renovar
votos nupciales para fortalecer el matrimonio, y los visitantes suelen comprar
vino.
Muchas gracias, P. José Carlos por su aportación sobre Las bodas de Caná.
ResponderEliminarEl contemplar el cuadro ayuda a vivir el relato evagéico y el comentario sobre la pintura enriquece su contemplación.
Amelia Canseco
No se trata de ninguna respuesta, sino de la continuación a lo anteriormente dicho, pues "se me fué el santo al cielo" y como soy "doña prisas", dejé el comentario a medias.
ResponderEliminarEl relato de Caná me ha dado la oportunidad de recordar nuestro viaje a Tierra Santa y la visita a Caná, y me ha ayudado a revivir nuestra renovación de votos matrimoniales.
Muchas gracias P. José Carlos.
Que el Señor le bendiga.
Amelia Canseco
Espero que siempre sea una ayuda y un motivo para seguir orando juntos.
EliminarEl mundo es tan grande que nuestras experiencias pueden ser reeleidas desde diferentes puntos, ya sean geográficos, gráficos, musicales, pictóricos, etc. La disposición del alma hay que dejarla en manos del Espíritu Santo y dejar que el nos guie.
Un abrazo.
P. José Carlos.