viernes, 22 de mayo de 2015

san Pablo en Cesarea Marítima

Rembrandt - San Pablo en prisión

En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesarea con Berenice para cumplimentar a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días. Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix; cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre.

La primera lectura de la Eucaristía, del Libro de los Hechos de los Apóstoles, nos relata el traslado de Pablo de jerusalén a Cesarea, para ser allí juzgado lejos de las presiones de los judíos. Esta Cesarea no hay que confundirla con Cesarea de Filipo, al norte de Israel, sino que se trata de Cesarea Marítima, o Cesarea de Palestina.


En la antigüedad griega la ciudad era llamada Pyrgos Stratonos (Torre de Estratón), por un aventurero griego o un rey de Sidón; bajo este nombre es anterior, quizás, a Alejandro Magno. El rey Herodes la llamó Cesarea en honor a Augusto, y construyó allí templos, palacios, un teatro, un anfiteatro, un puerto y numerosos monumentos, con columnatas y estatuas colosales. La vida civil de la nueva ciudad comenzó en el 13 a.C., y desde entonces Cesarea fue la capital civil y militar de Judea, y como tal era la residencia oficial de los procuradores romanos, por ejemplo, Poncio Pilato y Félix. Vespasiano y Tito la hicieron una colonia romana, Colonia Prima Flavia Augusta Cesarea. Bajo Alejandro Severo se convirtió en la metrópolis civil de Palestina, y más tarde, cuando Palestina hubo sido dividida en tres provincias, se mantuvo como la metrópoli de Palestina Prima.


San Pedro estableció la Iglesia allí cuando bautizó al centurión Cornelio; San Pablo a menudo se quedaba allí, y fue encarcelado allí durante dos años antes de ser llevado a Roma. Sin embargo, no hay ningún registro de cualquier obispo de Cesarea hasta el siglo II, al final de cuyo siglo se celebró allí un concilio para regular la celebración de la Pascua. En el siglo III Orígenes se refugió en Cesarea, y escribió allí muchas de sus obras exegéticas y teológicas, entre otras la famoso "Hexapla", cuyo manuscrito se conservó durante mucho tiempo en la biblioteca episcopal de esa ciudad. A través de Orígenes y el erudito sacerdote, San Pánfilo, la escuela teológica de Cesarea ganó una reputación universal. San Gregorio Taumaturgo, San Basilio el Grande y otros vinieron de lejos para estudiar allí. Su biblioteca eclesiástica fue considerada como una de las más ricas de la antigüedad; fue allí que San Jerónimo realizó muchos de sus trabajos bíblicos. Probablemente la biblioteca fue destruida ya sea en 614 por los persas o alrededor de 637 por los sarracenos.

Como metrópoli eclesiástica de Palestina Prima, sujeta al patriarcado de Antioquía, Cesarea tuvo al obispo de Jerusalén entre sus sufragáneos hasta 451, cuando Juvenal logrado establecer el Patriarcado de Jerusalén. Cesarea tenía entonces treinta y dos sedes sufragáneas. Entre los más célebres obispos están Teocteno, discípulo de Orígenes; el famoso historiador eclesiástico Eusebio, discípulo de San Pánfilo; Acacio, el líder de un grupo arriano; el historiador Gelasio de Cízico; San Juan Khozibite en el siglo VI; y Anastasio, un escritor del siglo XI. Durante la persecución de Diocleciano Cesarea tuvo muchos mártires a los que Eusebio consagró una obra completa (De martyribus Palestinae). Entre ellos estuvieron San Adriano, cuya iglesia ha sido recién descubierta; Santos Valente, Pablo, Profirio, y otros. Otro personaje ilustre de Cesarea es Procopio, historiador bizantino del siglo VI.


Cuando el rey Balduino I tomó la ciudad en 1101, ésta todavía era muy rica. Allí se encontró el famoso cáliz conocido como el Santo Grial, que se cree fue utilizado en la Última Cena, conservado actualmente en París, y mencionado a menudo en los poemas medievales. La ciudad fue reconstruida por los cruzados, pero en menor escala. Conocemos una lista de treinta y seis obispos latinos, desde 1101 hasta 1496. Durante la ocupación por los francos la metrópolis latina tenía diez sedes sufragáneas. La sede metropolitana de Cesarea se conserva aún por los griegos del patriarcado de Jerusalén, así como para los latinos es meramente una sede titular.

El nombre actual de la ciudad es Kaisariyeh. Desde 1884 una colonia de los bosnios musulmanes ha ocupado la ciudad medieval, que abarca un espacio de aproximadamente 1800 pies, de norte a sur, y 7500 pies, de este a oeste. Las antiguas murallas, baluartes y fosos están bien conservados. Las ruinas de la ciudad romana se extienden a una distancia de cerca de cuatro millas; son las más grandes de Palestina, y se utilizan como una cantera para Jaffa y Gaza, e incluso de Jerusalén. Se ven allí, amontonados, el refugio de Herodes, restaurado por los cruzados, el anfiteatro de dimensiones suficientes para 20,000 espectadores, restos de canales y acueductos, un hipódromo con un espléndido obelisco de granito rosa, columnatas, ruinas de templos y de por lo menos dos iglesias, y otras estupendas reliquias de la pasada grandeza.

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