jueves, 28 de noviembre de 2013

Una despedida temporal


Querido hermanos

Al final del año litúrgico, que hemos compartido en este Oratorio Monástico, nos vemos obligados a hacer un alto. Diversas circunstancias inherentes a nuestra vida religiosa nos obligan a abandonar, esperemos que temporalmente, este rincón de espiritualidad monástica para alabanza del Padre todopoderoso, del Verbo eterno, nuestro Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo, nuestro único y trino Dios.

Muchas gracias por vuestra atención, vuestros comentarios, vuestro aliento y, sobre todo, vuestra oración. Han sido unos meses de alegre trabajo, compartiendo las riquezas de la tradición monástica desde el silencio del claustro, a través de los medios digitales. Ciertamente, podemos utilizar los adelantos de la modernidad para anunciar la Salvación que nuestro Señor Jesucristo realizó en su Misterio Pascual.

Los monjes de este Oratorio Monástico os imploramos vuestras oraciones, para afrontar los nuevos caminos por los que habremos de seguir a nuestro Señor. Que el Señor os bendiga.

Gloria al Padre,
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Camelo de Dachau



En el martirologio de hoy aparece un santo desconocido para muchos y recordado para otros junto a muchos que anonimamente perdieron la vida en el campo de concentración de Dachau, próximo a Munich, en Baviera. Este es el beato Bronislao Kostowski, mártir, que en la ocupación militar de Polonia durante la guerra, cruelmente atormentado en la cárcel alcanzó la palma de martirio (1940).

Nuestra intención es recordar el lugar no ahondando en la tragedia conocida por todos sino mirar a ese lugar desde la reconciliación el perdón y en la oración.

En Dachau no solo esta en pie parte de lo que fue el campo de concentración sino que aprovechando parte de su muro se construyo un carmelo donde hoy se hora y es punto de encuentro en el silencio de Dios.


Dachau tiene también un cierto significado religioso. Allí murieron muchas personas por el mero hecho de tener unas creencias. Hoy tres pequeños templos invitan a la oración, a la reconciliación y a la búsqueda de la paz: uno católico, otro protestante y otro judío. Además un monasterio de Carmelitas Descalzas, construido en 1964, pretende ser un signo humilde de penitencia y oración. El ser humano, ensoberbecido por sus avances, mitificado en sí mismo y en su progreso, necesita mirar al cielo y estas monjas le recuerdan que no es el dueño de la vida y que ésta es un don sagrado.

El carmelo de Dachau


martes, 26 de noviembre de 2013

Las maravillas de Dios en la Creación

Bendice, alma mía, Señor.
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
De los manantiales sacas los ríos,
para que fluyan entre los montes:
en ellos beben las fieras de los campos,
el asnos salvaje apaga su sed;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto.
Salmo 103

lunes, 25 de noviembre de 2013

Monasterio de Santa Catalina del Sinai


La cordillera del Sinaí comprende un conjunto de cumbres entre las que se halla el monte Sinaí, a veces llamado «monte sagrado».

En el extremo meridional se encuentra el Yébel Musa (‘la montaña de Moisés’), considerado por la tradición como el lugar en el que Moisés se comunicó con Dios y recibió los Diez Mandamientos. 

El Yébel Musa no es, en verdad, la cumbre más alta del Sinaí; ese honor le corresponde al cercano monte Catalina, que con sus más de 2500 metros de altitud, es además la montaña más alta de Egipto.

El camino más corto para el ascenso (pero también el más empinado), conocido como Siket Syidna Musa, consta de una escalinata de 3750 escalones, "los escalones de la penitencia" y fueron esculpidos en la roca por los monjes del monasterio de Santa Catalina, ubicado al pie de la montaña, en la cara noreste.

El monasterio de Santa Catalina es un impresionante lugar sagrado que fue construido por orden del emperador romano Justiniano entre el 527 y el 565 d. de C. Pero antes la madre del emperador Constantino I el Grande, Santa Elena, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente».Se erige pues el monasterio en torno al lugar en el que se cree que Moisés vio la zarza ardiente del famoso pasaje de la Biblia.(Ex. 3)

Su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración y es conocido también como Monasterio de Santa Catalina debido a que, según la tradición el cuerpo de esta santa, después de su martirio, fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.


Tras la ocupación musulmana de la región, Mahoma ordenó proteger el monasterio y construir una mezquita fatimí en su interior. Entre los años 1099 y 1270, y bajo la protección de los cruzados, el Monasterio de Santa Catalina se convirtió desde entonces en centro de peregrinaje a lo largo de toda la edad media hasta hoy. En la actualidad, el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí pertenece a la Iglesia Ortodoxa.

Sepulcro con los restos de Sta. Catalina
Las obras de arte que alberga el monasterio son increíbles y de un valor incalculable. Se cuentan, entre otras obras, mosaicos árabes, iconos griegos y rusos, óleos europeos y numerosos objetos religiosos.


Además, el monasterio es famoso por poseer una de las colecciones de manuscritos iluminados más grandes del mundo, superada solo por la del Vaticano. La forman casi cinco mil volúmenes, escritos en una inmensa variedad de idiomas de todo el mundo.

Biblioteca del monasterio

El corazón espiritual del monasterio lo constituye la capilla de la Zarza Ardiente, una humilde estructura revestida de una enorme importancia religiosa.


A pocos pasos de la capilla se puede ver el famoso arbusto, una rara especie de la familia de las rosáceas denominada Rubus Sanctus. Además, es también una fortaleza en esencia: sus inmensos muros de granito fueron construidos para proteger a los monjes y los tesoros en épocas de mayores peligros.

Lo más llamativo de la historia del monasterio es que, pese a los acontecimientos a menudo turbulentos que lo han rodeado, los dirigentes militares y religiosos siempre le han brindado una protección especial.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Mosaicos del Baptisterio de San Juan. Florencia


Si hay un sitio donde podriamos imaginar la venida de Cristo en majestad este sería el baptisterio de san Juan en Florencia dotado de un magnífico techo de mosaico en el que aparece Cristo como Juez y Señor de los tiempos al final de la Historia rodeado de ángeles, santos y realizando el Juicio final.

Pensando en el Baptisterio de San Juan , me viene a la mente las palabras del canto decimonoveno del Inferno de Dante : "Mi bello San Juan." Está situado en la "Piazza del Duomo", justo en frente de la Catedral de "St. Maria delle Fiore"  y es uno de los monumentos más importantes de Florencia.


Los orígenes del monumento no están seguros. Se cree que fue construido sobre las ruinas de un antiguo templo romano dedicado al dios Marte alrededor del cuarto o quinto siglo AC. La primera mención se remonta a 897 cuando se refiere como una basílica. En 1128 se convierte oficialmente en el baptisterio de la ciudad, donde pasaron el rito del bautismo.

El Baptisterio, se caracteriza por un forma octogonal, cubierto por una cúpula con ocho segmentos cubiertos en el exterior por una cubierta piramidal. El exterior del edificio está decorado con mármol blanco de Carrara y mármol verde de Prato, característica propia de la  arquitectura románica florentina.

Hoy nos quedaremos solo en el interior donde se puede admirar el hermoso mosaico que cubre toda la cúpula del siglo XIII.


Un domingo, dice el apocalípsis, caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como una trompeta. Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. El pelo de su cabeza era blanco como lana, como nieve; sus ojos llameaban, sus pies parecían bronce incandescente en la fragua, y era su voz como el estruendo del océano. Con la mano derecha sostenía siete estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos, y su semblante resplandecía como el sol en plena fuerza. No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo.

Estos mosaicos datan de 1225 y son obras de arte de muchos artesanos venecianos desconocidos, entre los artistas que posteriormente trabajaron se encuentra probablemente Cimabue. La cubierta del techo comenzó bajo la dirección del fraile franciscano Jacopo da Torrita y probablemente no fue completado hasta el siglo XIV.
Plano del techo de mosaico :
1. Juicio Final. 2. Lámpara. 3. Coro de ángeles.
4. Historias del Libro del Génesis. 5. Historias de José.
6. Historias de María y Cristo.
7. Historias de San Juan Bautista.

Este mosacio se representa en tres secciones sobre el altar: el Juicio Final con un gigante y majestuoso Cristo y los Ángeles del juicio a cada lado (realizado por Coppo di Marcovaldo), las recompensas de los salvados dejando sus tumbas (del lado derecho de Cristo), y los castigos de los condenados (del lado izquierdo de Cristo). Esta última parte es particularmente famosa: los hombres malvados son quemados en la hoguera, quemados por las llamas, aplastados con piedras, mordidos por serpientes, masticados por horribles bestias.


Estas escenas nos recuerdan de posteriores trabajos donde se muestran con un espantoso detalle los horrores del infierno, tales como El Juicio Final o El Jardín de las Delicias, ambos del pintor flamenco Hieronymus Bosch. Dante Alighieri creció contemplando estos mosaicos y sus imágenes de muerte y resurrección deben haber tenido un profundo impacto sobre él y su obra.




Las otras escenas en el techo representan diferentes historias en niveles horizontales del mosaico: (comenzando por el nivel superior) Coro de Ángeles, Tronos, Dominaciones, y Potencias; historias del libro del Génesis, historias de Jose, historias de María y Cristo, y finalmente en el nivel más bajo: historias de San Juan Bautista. Algunas cabezas de profetas que se encuentran allí, se le atribuyen a Gaddo Gaddi, un amigo de Cimabue.


sábado, 23 de noviembre de 2013

Basílica de san Clemente

La basílica de San Clemente es el más extraordinario testimonio arqueológico relativo a la arquitectura estratificada sobre sitios preexistentes en el transcurso de los siglos, práctica bastante común en Roma.

Sección de los niveles de la basílica de San Clemente. Roma
La basílica ocupa un sitio arqueológico articulado en tres niveles: el primero es una Domus romana y algunos edificios públicos del siglo I, el segundo una basílica paleocristiana del siglo IV y el último, el visible hoy en superficie, la basílica de San Clemente que se remonta al siglo XII. 

Durante el siglo II d.C., los terrenos sobre los que hoy se encuentra la iglesia estaban ocupados por una mansión romana, propiedad de Tito Flavio Clemente, uno de los primeros senadores romanos que se convirtieron al Cristianismo. La casa era utilizada para realizar reuniones secretas, ya que la religión cristiana estaba prohibida en aquella época.


Esta basílica debería visitarse al revés, o sea de abajo a arriba, desde la Domus romana. En esta son visibles varias habitaciones, un mitreo, o lugar donde se realizaba el culto a Mitra, (Dios solar de origen persa), que permanecería en uso para la realización de rituales de iniciación hasta finales del siglo III. Son visibles también una fuente de agua y divididos por un callejón a su vez interrumpido por los cimientos de la basílica, otros edificios públicos del siglo II y III.

Primer nivel. Mitreo y altar dedicado a Mitra.

El conjunto arqueológico fue descubierto a partir del 1857 gracias a las excavaciones de los padres Dominicos Irlandeses custodios todavía hoy de la iglesia.

Algunos años después se construyó una gran sala sobre la mansión que, tras el fin de la persecución cristiana en el año 313 d.C., pasaría a convertirse en una basílica bajo la bendición del Papa Siricio. La iglesia sufrió grandes daños durante los saqueos producidos en el año 1084 a manos de los normandos, por lo que quedó abandonada y sepultada cinco metros por debajo del nivel de las calles. 

Segundo Nivel,. Basílica Paleocristiana

La basílica paleocristiana está muy bien conservada, es posible ver los antiquísimos frescos presentes en las tres naves, un sarcófago, el altar con la característica ancla que nos traslada a la leyenda del santo titular de la basílica, de hecho el martirio de San Clemente consistió en ser arrojado al mar muerto atado a un ancla. 


La decisión de abandonar, y así pues enterrar, la que en su tiempo fue una famosa basílica se debe como hemos dicho, al grave daño ocurrido durante el saqueo de los Normandos de Roberto il Guiscardo en 1084, En el mismo terreno se llevó a cabo la construcción de una nueva iglesia bajo las órdenes del Papa Pascual II, que se vería finalizada en el año 1108 y es la misma que se conserva hasta la actualidad.
Al construir la basílica superior han sido englobadas las partes superiores de algunos frescos, de hecho algunas figuras aparecen sin cabeza, además las columnas originarias han sido reforzadas con pilastras de sostén eliminando el efecto de la columnata que divide la nave central de las laterales, típico de las basílicas paleocristianas.

A la basílica superior se accede desde la plaza que toma el nombre, un porche del siglo XII hace de arco de entrada al patio compuesto por un cuádruple pórtico de columnas jónicas, la fachada es del siglo XVII y está flanqueada por un pequeño campanario.

La basílica fue reconstruida en 1719 por Stefano Fontana, éste respetó la planta medieval limitando las intervenciones a la reconstrucción y decoraciones de los techos de las naves, en la bóveda de la nave central insertó un fresco obra de G. Chiari: "Gloria de S. Clemente" (1719)

Tercer Nivel. Basilica actual
Tres naves divididas por columnas jónicas, un bello pavimento cosmatesco, una Schola Cantorum casi en el centro de la iglesia, el cimborrio y el candelabro que se remontan al siglo XII por un momento son ensombrecidos por uno de los más antiguos mosaicos presentes en Roma.


El maravilloso mosaico representa "Cristo crucificado entre la virgen y San Juan evangelista", la representación está bastante articulada: desde un césped de acanto salen volutas que componen florituras por todo el área del cuenco absidal contorneando diversas figuras, en el césped se erige la cruz de la cual fluyen ríos paradisíacos en los que abrevan ciervos.

En el presbiterio se encuentran dos monumentos, a la derecha el del Card. Roverella, obra de G. Dalmata (1476) y a la izquierda el del Card. Venier di Isaia de Pisa (1479).

A la izquierda de la entrada principal, cerrada con reja protectora, está la capilla de S. Caterina pintada al fresco por Masolino da Panicale entre el 1428 y el 1431.

Dejamos este video de la RAI sobre la basílica para su disfrute y mejor entedimiento del lugar.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Santa Cecilia in Trastevere. Roma


La iglesia de Santa Cecilia in Transtévere, localizada al otro lado del rio Tiber en Roma, guarda gracias al Papa San Pascual I (817-824) las reliquias de Santa Cecilia, junto con las de los santos Tiburcio, Valeriano y Máximo. 

En 1599, el cardenal Sfondrati restauró la iglesia en honor a la Santa en Transtévere y volvió a enterrar las reliquias de los cuatro mártires allí. Según se dice, el cuerpo de Santa Cecilia estaba incorrupto y entero, por más que el Papa Pascual había separado la cabeza del cuerpo, ya que, entre los años 847 y 855, la cabeza de Santa Cecilia formaba parte de las reliquias de los Cuatro Santos Coronados. Se cuenta que, en 1599, se permitió ver el cuerpo de Santa Cecilia al escultor Maderna, quien esculpió una estatua de tamaño natural, muy real y conmovedora. "No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba," dijo más tarde el artista, "sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama, con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme." La estatua se halla actualmente en la iglesia de Santa Cecilia, bajo el altar próximo al sitio en el que se había sepultado nuevamente el cuerpo en un féretro de plata. Sobre el pedestal de la estatua puso el escultor la siguiente inscripción: "He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la santa en la postura en que la vi." 


De Rossi determinó el sitio en que la santa había estado originalmente sepultada en el cementerio de Calixto, y se colocó en el nicho una réplica de la estatua de Maderna.


Sin embargo, el P. Delehaye y otros autores opinan que no existen pruebas suficientes de que, en 1599, se haya encontrado entero el cuerpo de la santa, en la forma en que lo esculpió Maderna. En efecto, Delehaye y Dom Quentin subrayan las contradicciones que hay en los relatos del descubrimiento, que nos dejaron Baronio y Bosio, contemporáneos de los hechos. Por otra parte, en el período inmediatamente posterior a las persecuciones no se hace mención de ninguna mártir romana llamada, Cecilia. Su nombre no figura en los poemas de Dámaso y Prudencio, ni en los escritos de Jerónimo y Ambrosio, ni en la "Depositio Martyrum" (siglo IV). Finalmente, la iglesia que se llamó más tarde "titulus Sanctae Caeciliae" se llamaba originalmente "títulus Caecilia", es decir, fundada por una dama llamada Cecilia.

La fachada actual de la basílica data de 1725 y es obra de Ferdinando Fuga, conocido por sus obras en Roma y Nápoles en el siglo XVIII.

En el ábside se conserva un mosaico del siglo IX.


Entre los vestigios que permanecen del edificio del siglo XIII y ubicado en el coro se encuentra el juicio finalsegún diseños de Pietro Cavallini. 

(detalle)
Además de las obras de sus capillas y dos excelentes retablos, se observa la Apoteosis de Santa Cecilia, en la nave central, una obra de Sebastiano Conca de 1721.


El altar cuenta con un ciborio (la estructura que cubre el altar) de finales del siglo XIII de Arnofo di Cambio, 

y principalmente la obra de Stefano Maderno, que es la escultura del martirio de Santa Cecilia, (que hemos comentado anteriormente) datada en el 1600. Tumbada. Con los ojos tapados y con marcas evidentes de la decapitación.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Sta. María la Mayor. Roma

Mosaico de la coronación. Abside Sta. María la Mayor. Roma

La Santísima Virgen María fue presentada en el Templo según la tradición judía y sabemos de ello por lo que nos narran los evangelios apócrifos. Su fiesta no empezó a celebrarse en occidente hasta el siglo XIV, aunque ya se celebraba en oriente desde el siglo VI.

Templo de Jerusalen.

Pero en Occidente y después del Concilio de Éfeso (431), en el que la madre de Jesús fue proclamada Madre de Dios, el papa Sixto III (432-440) erigió en Roma, sobre el monte Esquilino, una basílica dedicada a la Santa Madre de Dios, basílica que fue llamada más tarde «Santa María la Mayor». Es la iglesia más antigua dedicada en Occidente a la Virgen María. Un templo dedicado a la madre de Dios.

Ya dedicamos el dia 5 de agosto una mirada a esta basílica en el día conmemorativo de su dedicacióm. Hoy volvemos sobre ella con un amirada puesta en maría como templo del Espiritu santo, Madre de Dios y Madre nuestra.

Sta. María la Mayor. Roma
La Basílica de Santa María Mayor es una verdadera reliquia del siglo V. Es la única de las cuatro basílicas mayores de Roma (las otras son San Pedro, Letrán y San Pablo Extramuros) que conserva su planta paleocristiana intacta, aunque ha sufrido numerosos añadidos a lo largo de los siglos.

Su historia está ligada a una conocida leyenda: cuentan que la propia Virgen señaló la ubicación de la basílica haciendo caer una copiosa nevada sobre la colina del Esquilino en pleno mes de agosto, y que el Papa Liberio, en presencia de los fieles congregados por el prodigio, trazó sobre la nieve el perímetro de la basílica. Es el origen de la conocida advocación de la Virgen Blanca o Virgen de las nieves, muy difundida por todo el mundo.

Santa María Mayor (fotos, Vaticano)es el primer templo cristiano dedicado a la Virgen. Su origen se remonta al Concilio de Éfeso (año 431), que sancionó la maternidad divina de María, tema sobre el que gira toda la iconografía del templo.

El gran tesoro de Santa María Mayor son los mosaicos paleocristianos del siglo V: el principal se encuentra en el Arco de triunfo, y contiene escenas de la vida de la Virgen y de Cristo niño.

También son de época romana los 27 pequeños paneles bajo las ventanas de la nave central, con escenas del Antiguo Testamento. El gran mosaico del ábside, en cambio, es ya de época medieval (siglo XIII).

La basílica albergó desde su inicio una Gruta de la Natividad, que recreaba el lugar del nacimiento de Cristo (del mismo modo que Santa Croce in Gerusalemme recreaba el Calvario). En el siglo VII se depositaron en esta gruta las famosas reliquias del Pesebre, traídas de Tierra Santa, que todavía se exponen en la cripta de la confesión, junto al altar.

En este plano tienes señalados los puntos de especial interés:

1. Mosaicos paleocristianos (s.V).
2. Paneles con mosaicos del s.V.
3. Mosaico del ábside (s.XIII), realizado por el gran maestro Jacopo Torriti
4. Capilla Sforza, última obra diseñada por Miguel Ángel, muy apreciada por los estudiosos por sus líneas que anticipan el Barroco.
5. Capilla Sixtina (Sixto V). Realizada a finales del Renacimiento en un estilo sobrerecargado.
6. Capilla Paulina (Pablo V). Realizada 25 años después, con arquitectura gemela a la Sixtina, pero en estilo barroco.
7. Reliquias del pesebre
8. Tumba de Bernini, apenas visible en el primer escalón del presbiterio
9. Techo: según parece, fue dorado con el primer oro traído de América, siendo Papa Alejandro VI Borgia
10. Acceso al Museo de la Basílica. Conserva el nacimiento de Arnolfo di Cambio (s.XIII), realizado para la antigua Gruta de las reliquias del pesebre.  (fuente; audioguiaroma)

Fuera de la Basílica, en la Plaza, la columna que sostiene la imagen de la Virgen es de época romana: pertenece a la Basílica de Majencio, del Foro Romano. Respecto a la fachada, lo más interesante es el campanario medieval, uno de los más elevados y elegantes de Roma.

El día 5 de agosto, fiesta de la Virgen de las Nieves, en la Misa Solemne de la mañana, celebrada por el cardenal titular, una lluvia de pétalos blancos conmemora el milagro de la nieve.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Meditación cristiana en la Naturaleza

El otoño es un tiempo que nos recuerda la caducidad de la vida. Este mes de noviembre conmemoramos a todos los Fieles Difuntos. Desde un paraje lleno de belleza, obra del Creador y Artífice de toda belleza, les ofrecemos esta Meditación cristiana sobre el ocaso de la vida.

martes, 19 de noviembre de 2013

Santa Matilde y el Monasterio de Helfta

Celebramos hoy la memoria de santa Matilde. con este motivo, regresamos al Monasterio de Helfta, donde vivió esta mística alemana del siglo XIII. El siguiente video nos muestra unas vísperas de domingo de la actual comunidad cisterciense, con algunas fotografías de la restauración del templo.



A continuación vemos otra grabación de la iglesia del Monasterio.

lunes, 18 de noviembre de 2013

San Pedro y San Pablo



La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el Papa Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua.

La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro. Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza abajo) y ahí mismo fue sepultado. Según la tradición, el martirio de San Pedro tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí.

Sobre su sepulcro hizo construir el emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando cada vez más la Basílica.

Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.En 1506, el Papa Julio II inauguró la nueva Basílica proyectada por Bramante.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.
Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola). Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.


Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, cerca está el lugar del martirio llamado Aquae Salviae,  hoy, "Tre fontane", porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontantas).

El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina. La Basílica de San Pablo extramuros esta situada en la via Ostiense, lugar del sepulcro del apóstol de los gentiles.
La antigua básilica fue construida el Papa San León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el Papa Pío IX  el 10 de diciembre de 1854, pero la fecha de su conmemoración se celebra en este día, como lo hace notar el Martirologio. En los trabajos de reconstrucción y tras diferentes excavaciones se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: "A San Pablo, Apóstol y Mártir"



Ésta es la morada de Dios con los hombres: 
acampará entre ellos; 
ellos serán su pueblo, 
y Dios estará con ellos y será su Dios. 

sábado, 16 de noviembre de 2013

Santa María de Helfta


Santa María de Helfta es el famoso monasterio cisterciense del siglo XIII que fue llamado "la Corona de los monasterios de Alemania". Tres mujeres santas son el fundamento de su fama: Matilde de Magdeburg, Matilde de Hackeborn y Gertrudis la Grande.

La mística europea fue influida mucho por sus escritos y su espiritualidad. Por más de 450 años no repicaron las campanas de la iglesia, pero en 1999 ocho hermanas procedentes de Seligenthal – una abadía cisterciense en Baviera – comenzaron a reconstruir la vida monástica. Mientras tanto son quince las religiosas que viven, oran y trabajan en este monasterio. 

En 1229 nace el monasterio en las tierras del castillo de Mansfeld; mas tarde en 1258 se traslada al pueblo de Helfa cerca de Eisleben enTuringia, pero en 1342 la destrucción de los edificios y devastación de las tierras por el Duque Albrecht de Brunswick provocaron su ruina. Al año siguiente 1343 el monasterio (Nuevo-Helfta) es reconstruido dentro de las murallas de la ciudad de Eisleben, (1483-1546 ) de donde era natural Martín Lutero, rebelde y reformador que tambien murió en Eisleben. En 1525 Nuevo Helfta, durante la sublevación de los campesinos y el curso de la reforma, volvió a ser víctima de la destrucción. Algunas monjas intentaron restablecer la vida monástica entre las ruinas de los edificios del antiguo monasterio de Helfta hasta que en 1542 Helfta es secularizado y las tierras administradas por sus propietarios, deteriorándose las edificaciones. Así en 1712 Todas las tierras pasan a manos del gobierno Prusiano y se convierten en una granja del estado.

Tras el paso del tiempo en 1950 las tierras son devueltas al pueblo de la república democrática Alemana y se convierte en una granja administrada comunitariamente. Las ruinas de los edificios del monasterio y lo que queda de la iglesia fueron utilizadas como establos y garajes.


En 1994 la restablecida diócesis de Magdebur compra todos los edificios y 30 ht de tierra, lo que se financió completamente con donativos de católicos alemanes del este y oeste recaudado por la asociación "Los amigos de Helfta" y en 1998 empiezan la nueva reconstrucción del monasterio de Helfa; efectuándose trabajos de restauración y excavaciones arqueológicas. Las Monjas del Cistercienses de Seligenthal, de Baviera se trasladan al nuevo edificio en 1999.


El estado ruinoso de los hermosos edificios medievales ha sido reparado, han sido restauradas la iglesia, las dependencias de la comunidad y la casa de huéspedes, con la sola ayuda financiera de los católicos alemanes. Helfta se está convirtiendo en un centro de espiritualidad en la diócesis de Magdeburgo . Organizan pequeños número de seminarios y conducen retiros y ejercicios espirituales. También dan la bienvenida a visitantes y huéspedes algunos días. 


viernes, 15 de noviembre de 2013


El monasterio de san Salvador de Celanova fue fundando en el siglo X, por una de las personas más destacadas e influyentes de Galicia de estas fechas. Fue el mismo San Rosendo, obispo de Mondoñedo y Santiago y creador del monacato en Galicia. Por su fundador, es a veces llamado monasterio de San Rosendo. De esta época tan sólo se conserva en el interior del recinto, la pequeña pero interesante capilla de San Miguel, S. X. Debe su importancia a su estilo mozárabe, lo cual la convierte en una joya del arte en Galicia.

El monasterio adquirió importancia hacia el año 1500, hasta el punto que el mismo Carlos I pensó en retirarse aquí, aunque al final se decantará por Yuste por su clima más benigno.

La iglesia se comenzó a finales del siglo XVI, acabándose las obras en el año 1687. Nos encontramos ante un ejemplo de transición entre el renacimiento y el barroco. La fachada que se divide en tres tramos, está llena de elementos decorativos como son las columnas corintias de la parte central. Las figuras de San Rosendo, San Benito y San Torcuato se presentan bajo unas hornacinas en la parte superior.

La planta es de cruz latina y destaca la cubierta abovedada y la gran cúpula del crucero. Un magnífico retablo barroco y magníficas sillerías de estilo gótico y barroco creadas por el imaginero Francisco Castro adornan el templo. Además de la magnífica iglesia es preciso nombrar los dos claustros. El Procesional o Viejo del año 1550 y  otro más sencillo de lineas que data de los años 1611-1722.

En el siglo XIX llegó la desamortización, lo que llevó al abandono del cenobio. Las edificaciones fueron adquiridas por el ayuntamiento y la iglesia se convirtió en templo parroquial honrando a San Rosendo.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Cartuja de Porta Coeli.


Nos vamos hoy a la sierra de la Calderona en un extremo occidedental de la provincincia de Valencia y visitaremos la cartuja de Porta Caeli. Esta cartuja fue fundada en 1272 por fray Andrés Albalat, obispo de Valencia y confesor de Jaime I de Aragón, la cartuja de Porta Coeli se encuentra ubicada en un bellísimo paraje situado en una pequeña colina, al pie de la sierra de Náquera, muy cerca del actual pueblo de Serra de Porta Coeli (Valencia). Tercera de las fundaciones cartujanas en España, esta cartuja jugó un papel muy importante no sólo en la historia de las cartujas españolas sino también en la de la Orden en general. En el primer contexto destacó por participar eficazmente en la fundación de las cartujas de Ara Christi y Via Coeli y San José, aunque esta última tan apenas duró unos años. En el segundo, sobresalió por dar a la Orden dos eminentes Padres Generales: el padre Bonifacio Ferrer (1402-1410), hermano de San Vicente Ferrer, y el padre Francisco Maresme (1437-1463). Porta Coeli fue un monasterio próspero y llevó, en líneas generales, una vida apacible, hasta que fue enajenado por el Estado. Fracasado en 1867 un primer intento de recuperación del monasterio por parte de la Orden, muchos años más tarde, en 1943, pudo volver el monasterio a manos de los cartujos gracias a la donación de la Diputación Provincial de Valencia, por entonces propietaria de la cartuja. Desde esa fecha, se acometió un proceso de restauración y rehabilitación del conjunto hasta que el 6 de noviembre de 1947 tuvo lugar la erección canónica del restablecido monasterio. Hoy es el único reducto de monjes cartujos del Levante español y por la clausura sólo puede ser visitada por hombres.

Desde el punto de vista arquitectónico la cartuja de Porta Coeli es el resultado de una larga historia en la que se ha ido sucediendo distintas fases constructivas. En efecto, las primeras construcciones del establecimiento se remontan a los comienzos de la fundación (1272-1325). Posteriormente, la generosidad de la ilustre señora Margarita de Lauria, condesa de Terranova, y la buena voluntad del noble Pedro Artes, permitieron que en el siglo XIV se acometiera una nueva fase de construcción. Desde la última década del siglo XIV y durante las tres primeras de XV Porta Coeli vivió la época de mayor prestigio de historia que fue acompañada por una mayor actividad en el campo de la construcción. Nuevas obras se acometieron en el siglo XVI y otras tantas de ampliación y renovación se llevaron a cabo en época barroca (siglos XVII y XVIII). En fin, como vemos no es de extrañar que este excepcional conjunto ofrezca una planta irregular y que sus distintas dependencias presentes estilos artísticos muy diferentes. Muchas y todas interesantes son las edificaciones que componen la cartuja de Porta Coeli. No obstante sólo vamos a mencionar las más importantes por su valor artístico. En primer lugar, hemos de destacar el templo, antigua iglesia gótica levantada en el siglo XIV, que sufrió una profunda renovación interior a finales del siglo XVIII bajo unos criterios estéticos barrocos. Se trata de un edificio de planta longitudinal, con una sola nave y capilla del sagrario que se cubre con bóvedas de cañón con lunetos. Sus paramentos interiores se encuentran ornados por varias pinturas de calidad, realizadas en el siglo XVIII por el pintor Camarón, que recogen escenas de la vida de Cristo y de San Juan Bautista, la Virgen protegiendo a los cartujos y los retratos de los monjes Juan de Nea, Francisco de Aranda, Bonifacio Ferrer y Francisco Maresme. También llaman la atención las pinturas murales de las bóvedas, ejecutadas al fresco por el Luis Antonio Planes, pintor contemporáneo del anterior. Representan escenas de la vida de la Virgen, los patriarcas de la antigua ley, las mujeres fuertes de la Biblia, distintos santos y alegorías de virtudes. Otras piezas artísticas de interés son las dos sillerías del coro, obras del XVIII, y el retablo mayor. Aparte de la iglesia, debemos de mencionar el airoso y pequeño claustrillo, anexo al templo, en torno al cual se sitúan dos bellas dependencias: la sala capitular y el refectorio. De planta cuadrangular, el claustro gótico fue construido en el siglo XIV y remodelado en el XV. Asimismo, son interesantes los dos sobrios y elegantes claustros de celdas. El llamado claustro del cementerio de Santa Ana fue reconstruido en el siglo XVI y el claustro de los Naranjos es obra del siglo XVII.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Convento de San Leandro. Sevilla


El origen de un convento de Madres Agustinas en Sevilla se remonta a la centuria de la reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo, allá por el siglo XIII, pues existen documentos que dan constancia de la existencia en ella de un monasterio durante el reinado de aquél (1295 a 1312), que llegó a acoger bajo su patrocinio en 1309. No obstante, este primer establecimiento se construyó en un lugar a extramuros de la ciudad, próximo a la Puerta de Córdoba, cercano a donde luego se implantó el Convento de Capuchinos.

Debido a la inseguridad del lugar, objeto de asaltos de ladrones y maleantes, las monjas acabarían por abandonar el convento, algo que no agradó al rey Fernando IV, quien ante la noticia rogaría a la entonces abadesa Madre Lorenza que permaneciera allí, publicando duras proclamas contra los que atentasen a la comunidad. Pero esta iniciativa no sería eficaz, y los abusos contra el monasterio continuaron produciéndose.

Esta incómoda situación acabó en 1367, cuando el rey Pedro I de Castilla dictó una Real Licencia por la que las Agustinas se pudieron trasladar a una zona intramuros de la ciudad, en concreto dentro de la collación de San Marcos. Aquí se comenzaría una nueva etapa de su vida conventual, aunque el espacio de que se disponía contaba con problemas imposibles de solucionar.

Sabedor de estas dificultades, el rey ofreció a la madre abadesa en 1369 unas casas junto a la antigua iglesia de San Ildefonso, de dimensiones considerables, donde pronto se iniciaron las obras de adecuación para el convento. Así, la iglesia se comenzó en 1369, y acabándose la reconversión del conjunto para fines conventuales en 1377, fecha a partir de la cual se vería favorecido por múltiples mercedes donadas por la propia realeza.

A finales del siglo XVI, en pleno auge de la ciudad, el monasterio conoce una etapa de esplendor que se concreta en la remodelación del edificio conventual y en la construcción de una nueva iglesia, cuyas obras se continuaron durante la centuria siguiente, donde se incluyeron la decoración de la iglesia y otras dependencias domésticas. En su construcción, de marcadas líneas manieristas, intervinieron importantes maestros del momento como son Asensio de Maeda, que trabajó hacia el año 1584, y Juan de Oviedo, a quien se le atribuye sus trazas.


Durante el siglo XVIII se produce una nueva renovación en el convento y en especial en su iglesia, a la que se le dota de un espléndido retablo barroco, tal como hoy la conocemos. El siglo siguiente sería difícil para el convento, debido a los generales motivos económicos, políticos y revolucionarios que le afectarían directamente. No obstante el convento logró mantenerse con las pocas dotaciones que conseguía del arzobispado, y con la venta de sus célebres "Yemas de San Leandro".

El templo es obra de Juan de Oviedo y presenta forma rectangular con una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos. Las portadas son de estilo clasicista con sobrias pilastras. Coro alto y bajo a los píes, este último, con bóveda de cañón decorada con yeserías del siglo XVI.

Posee en su interior dos retablos de gran interés, el de "San Juan Bautista (1621)" y "San Juan Evangelista (1632), ambos obra de Martínez Montañés presididos por un relieve de la figura principal en su hornacina.  

                             
                                                                                             
Mención las figuras de "Santiago el Mayor", "Santiago el Menor" y un relieve con el "Martirio de San Juan Evangelista" todas obras de Francisco de Ocampo.

Comentar el acceso al templo que se realiza a través de un cancel de 1729, así como un pequeño retablo barroco dedicado a "Santa Rita" obra del segundo cuarto del siglo XVIII.

martes, 12 de noviembre de 2013

El Monasterio de Studion en Constantinopla

El Monasterio de San Juan el Precursor en Studion se encontraba en la ciudad de Constantinopla. Su nombre procede de su fundador, el cónsul Studios, en torno al año 462. En su origen se trataba de un monasterio acemeta, es decir, los monjes procuraban mantener constantemente la oración, turnándose en la celebración de los oficios divinos. con el tiempo, la forma de vida del Monasterio de Sutdion terminó por imponerse en todo el monacato oriental, también en el Monte Athos. Su figura más representativa llegó en el siglo IX, san Teodoro Studita, cuya memoria celebramos. El Monasterio fue destruida en el curso de la invasión de la ciudad por los latinos, en 1204. Resurgió al final de dicho siglo, pero terminó por sucumbir en la invasión turca.

El Papa Benedicto XVI dedicó la audiencia general de 27 de amyo de 2009 a la figura de san Teodoro Studita. Transcribimos a continuación un parte de dicha catequesis, ilustrándola con imágenes de lo que fuera el Monasterio de Studion.



El santo del que voy a hablar hoy, san Teodoro el Estudita, nos hace remontarnos al centro del período medieval bizantino, un período más bien turbulento desde el punto de vista religioso y político. San Teodoro nació en el año 759 en una familia noble y piadosa: su madre, Teoctista, y uno de sus tíos, Platón, abad del monasterio de Sakkudion, en Bitinia, son venerados como santos. Fue precisamente su tío quien lo orientó hacia la vida monástica, que abrazó a la edad de 22 años. Fue ordenado sacerdote por el patriarca Tarasio, pero después rompió la comunión con él por la debilidad que mostró en el caso del matrimonio adúltero del emperador Constantino VI. La consecuencia fue el destierro de san Teodoro a Tesalónica, en el año 796. La reconciliación con la autoridad imperial se produjo en el año sucesivo bajo la emperatriz Irene, cuya benevolencia impulsó a san Teodoro y su tío Platón a trasladarse al monasterio urbano de Studios, junto con la mayor parte de la comunidad de los monjes de Sakkudion, para evitar las incursiones de los sarracenos. Así comenzó la importante "reforma estudita".

La vida personal de san Teodoro, sin embargo, siguió siendo muy agitada. Con su acostumbrada energía, se convirtió en jefe de la resistencia contra la iconoclasia de León V el Armenio, que se opuso nuevamente a la existencia de imágenes e iconos en la Iglesia. La procesión de iconos organizada por los monjes de Studios desencadenó la reacción de la policía. Entre los años 815 y 821, san Teodoro fue flagelado, encarcelado y desterrado a varios lugares de Asia Menor. Al final pudo regresar a Constantinopla, pero no a su monasterio. Entonces se estableció con sus monjes en la otra parte del Bósforo. Al parecer, murió en Prinkipo el 11 de noviembre del año 826, día en el que lo recuerda el calendario bizantino.


En la historia de la Iglesia san Teodoro se distinguió por ser uno de los grandes reformadores de la vida monástica y también como defensor de las imágenes sagradas durante la segunda fase de la iconoclasia, junto al patriarca de Constantinopla, san Nicéforo. San Teodoro había comprendido que la cuestión de la veneración de los iconos afectaba a la verdad misma de la Encarnación. En sus tres libros Antirretikoi (Refutaciones), san Teodoro compara las relaciones eternas en el seno de la Trinidad, en donde la existencia de cada Persona divina no destruye la unidad, con las relaciones entre las dos naturalezas en Cristo, que no comprometen en él la única Persona del Logos. Y argumenta: abolir la veneración del icono de Cristo significaría cancelar su misma obra redentora, pues, al asumir la naturaleza humana, la Palabra eterna invisible se hizo visible en la carne humana y así santificó todo el cosmos visible. Los iconos, santificados por la bendición litúrgica y por las oraciones de los fieles, nos unen con la Persona de Cristo, con sus santos y, a través de ellos, con el Padre celestial, y testimonian la entrada de la realidad divina en nuestro cosmos visible y material.

San Teodoro y sus monjes, testigos de valentía en el tiempo de las persecuciones iconoclastas, están inseparablemente unidos a la reforma de la vida cenobítica en el mundo bizantino. Su importancia se impone incluso por una circunstancia exterior: el número. Mientras los monasterios de la época tenían al máximo treinta o cuarenta monjes, por la Vida de Teodoro sabemos que los monjes estuditas eran más de mil. San Teodoro mismo nos informa que en su monasterio había unos trescientos monjes; por tanto, se ve el entusiasmo de la fe que nació en el contexto de este hombre realmente informado y formado por la fe misma.


Ahora bien, más que el número, influyó sobre todo el nuevo espíritu que imprimió el fundador a la vida cenobítica. En sus escritos insiste en la urgencia de un regreso consciente a la enseñanza de los Padres, especialmente de san Basilio, primer legislador de la vida monástica, y de san Doroteo de Gaza, famoso padre espiritual del desierto palestino. La contribución característica de san Teodoro consiste en su insistencia en la necesidad del orden y de la sumisión por parte de los monjes. Durante las persecuciones, estos se habían dispersado, acostumbrándose a vivir cada uno según su propio criterio. Cuando se pudo restablecer la vida común, resultó necesario esforzarse a fondo para hacer que el monasterio volviera a constituir una auténtica comunidad orgánica, una verdadera familia o, como dice él, un verdadero "Cuerpo de Cristo". En esa comunidad se realiza concretamente la realidad de la Iglesia en su conjunto.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Tours. Basílica de san Martín


Tours fue una ciudad importante desde la época de los galos, como lugar de pasaje por el Loira. Los galos que habitaban en este sitio se llamaban Turones y fueron ellos quienes dejaron su nombre a la ciudad (Civitas Turonorum).

Ya desde el siglo III, la urbe romana fue un importante foco de la cristiandad, donde se estableció una sede episcopal, con San Gatien como primer obispo.

Una de las personalidades más notables de la ciudad fue Martín de Tours (San Martín). Estando al servicio del ejército romano, compartió su manto con un mendigo. Esta historia, y la importancia de San Martín en la región, hicieron de Tours una ciudad de peregrinación en la Edad Media, así como una de las etapas en el camino hacia Santiago de Compostela.

Los restos de Martin fueron encerrados en un sarcófago de piedra, sobre la cual sus sucesores, St. Britius y San Perpetuus, construyeron por primera vez una simple capilla, y más tarde una basílica (466-72). La primera basílica databa del año 482. San Eufronio, obispo de Autun y amigo de San Perpetuus, envió una lápida esculpida en mármol para cubrir la tumba. Esta basílica paleocristiana se quemó junto con muchas otras iglesias en 988.

A comienzos del siglo X ya había un gran cenobio y empieza a realizarse el edificio, de modo que se forma la primera girola plenamente románica. Una basílica más grande para San Martín fue construida en 1014. Hacia el año 1050 ya se está realizando la zona del crucero.que se quemó en 1230. Esta fue posteriormente reconstruida como la basílica romanica más grande del siglo XIII, y se convirtió en el centro de las grandes peregrinaciones nacionales y una parada importante en el camino a Santiago. El culto de san Martín fue muy popular durante la Edad Media y una multitud de iglesias y capillas se han dedicado a él en ese tiempo.

La vieja basílica era una de las más grandiosas de la cristiandad. Medía 110 metros de largo por 30 de ancho, con cinco amplias naves. Tenía dos torres en la entrada oeste y cada brazo del transepto terminaba en otra voluminosa torre (una de las cuales aún subsiste). Sufrió ocho incendios en su historia y perduró hasta la Revolución Francesa. Los torreones, románicos, permiten imaginarse el gran santuario de San Martín, centro de peregrinación al que acudían habitualmente los mismos reyes de Francia. 


En 1562 , los hugonotes (calvinistas franceses) destruyeron la Basílica de San Martin de arriba abajo, la tumba y las reliquias de san Martin. La iglesia fue restaurada según sus cánones anteriores, pero fue de nuevo completamente destruida en 1793 durante la Revolución Francesa. Todo lo que quedaba de la basílica fueron las dos torres que quedan en pie. Para garantizar la no reconstrucción de basílica el municipio ateo proyecto dos calles que se abren en su lugar.

En diciembre de 1860 , las excavaciones abiertas en el lugar de la tumba de san Martín, descubrieron algunos fragmentos de esta. Una nueva basílica, más pequeña que la anterior, para albergar estas reliquias fue construida por Monseñor Meignan, arzobispo de Tours, de 1886 a 1924. Obra del arquitecto francés Victor Laloux en un estilo neo-bizantino, en una parte del sitio de la basílica original, que fue recomprado por la Iglesia. En el edificio destacan sus robustas columnas de granito pulido y una excelente iluminación, merced a la hilada de ventanales sobre los que descansa una poderosa cúpula, coronada por una estatua del santo.
Se dedicó 04 de julio 1925.La tumba de san Martín sigue siendo un lugar de peregrinación para los fieles.


La iglesia de estilo romano-bizantino, con una cripta en la que se halla una reconstrucción de la tumba de San Martín. 

Tumba de san Martín de Tours


domingo, 10 de noviembre de 2013

Rio Mincio. Mantua

 Rio Mincio a su paso por Mantua

El río Mincio es un río del norte de Italia, un afluente de la margen izquierda del río Po. Con el nombre de Sarca, nace en los montes del grupo Adamello (Tirol Meridional), recorre Val di Genova, luego Val Rendena y Val Judicarien, y vierte sus aguas en Torbole, en el lago de Garda, del que sale en Peschiera tomando ya el nombre de Mincio.
Corre hasta Goito por una hermosa región de colinas, cruza la llanura lombarda, ensanchándose a modo de lago en Mantua, y desemboca en el Po cerca de Governolo, una aldea (o fracción) del municipio mantuano de Roncoferraro, por medio de grandes diques.
Forma una importante línea de defensa por lo que se construyeron las fortalezas de Peschiero y Mantua y fue teatro de gran número de batallas: Castiglione (1796, Solferino (1859) y Custoza (1849 y 1866).

El recuerdo de este lugar es debido a la festividad de hoy, y que, la Iglesia celebra como memoria al gran papa León, "Magno" quien hizo lo posible por evitar o mitigar las incursiones de los bárbaros. El episodio más conocido de su pontificado fue su encuentro, en 452 en la ciudad de Mantua, con Atila, el rey de los hunos, quien había invadido el norte de Italia obligando al emperador Valentiniano III a abandonar la corte de Rávena y refugiarse en Roma.

El papa León nació en la región de Toscana, y el año 440 fue elevado a la cátedra de Pedro, ejerciendo su cargo como un verdadero pastor y padre de las almas.Trabajó intensamente por la integridad de la fe, defendió con ardor la unidad de la Iglesia, escribió contra las herejías del Nestorianismo, el Monofisismo, el Maniqueísmo y el Pelagianismo. Durante su pontificado se celebró, en 451, el Concilio de Calcedonia que proclamó la divinidad y la humanidad de Cristo, «consustancial al Padre por su divinidad, consustancial a nosotros por su humanidad».

Todas la obras que realizo en su pontificado le valieron con toda justicia el apelativo de Magno. Murió el año 461.