La cordillera del Sinaí comprende un conjunto de cumbres entre las que se halla el monte Sinaí, a veces llamado «monte sagrado».
En el extremo meridional se encuentra el Yébel Musa (‘la montaña de Moisés’), considerado por la tradición como el lugar en el que Moisés se comunicó con Dios y recibió los Diez Mandamientos.
El Yébel Musa no es, en verdad, la cumbre más alta del Sinaí; ese honor le corresponde al cercano monte Catalina, que con sus más de 2500 metros de altitud, es además la montaña más alta de Egipto.
El camino más corto para el ascenso (pero también el más empinado), conocido como Siket Syidna Musa, consta de una escalinata de 3750 escalones, "los escalones de la penitencia" y fueron esculpidos en la roca por los monjes del monasterio de Santa Catalina, ubicado al pie de la montaña, en la cara noreste.
El monasterio de Santa Catalina es un impresionante lugar sagrado que fue construido por orden del emperador romano Justiniano entre el 527 y el 565 d. de C. Pero antes la madre del emperador Constantino I el Grande, Santa Elena, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente».Se erige pues el monasterio en torno al lugar en el que se cree que Moisés vio la zarza ardiente del famoso pasaje de la Biblia.(Ex. 3)
Su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración y es conocido también como Monasterio de Santa Catalina debido a que, según la tradición el cuerpo de esta santa, después de su martirio, fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.
Tras la ocupación musulmana de la región, Mahoma ordenó proteger el monasterio y construir una mezquita fatimí en su interior. Entre los años 1099 y 1270, y bajo la protección de los cruzados, el Monasterio de Santa Catalina se convirtió desde entonces en centro de peregrinaje a lo largo de toda la edad media hasta hoy. En la actualidad, el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí pertenece a la Iglesia Ortodoxa.
Sepulcro con los restos de Sta. Catalina |
Las obras de arte que alberga el monasterio son increíbles y de un valor incalculable. Se cuentan, entre otras obras, mosaicos árabes, iconos griegos y rusos, óleos europeos y numerosos objetos religiosos.
Además, el monasterio es famoso por poseer una de las colecciones de manuscritos iluminados más grandes del mundo, superada solo por la del Vaticano. La forman casi cinco mil volúmenes, escritos en una inmensa variedad de idiomas de todo el mundo.
El corazón espiritual del monasterio lo constituye la capilla de la Zarza Ardiente, una humilde estructura revestida de una enorme importancia religiosa.
A pocos pasos de la capilla se puede ver el famoso arbusto, una rara especie de la familia de las rosáceas denominada Rubus Sanctus. Además, es también una fortaleza en esencia: sus inmensos muros de granito fueron construidos para proteger a los monjes y los tesoros en épocas de mayores peligros.
Lo más llamativo de la historia del monasterio es que, pese a los acontecimientos a menudo turbulentos que lo han rodeado, los dirigentes militares y religiosos siempre le han brindado una protección especial.
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