miércoles, 25 de enero de 2017

Roma. Santa Maria del Popolo


Hemos contemplado hoy la imagen de la Conversión de san Pablo, en el lienzo que pintó Caravaggio para la iglesia romana de Santa María del Popolo. Por eso, vamos a visitar este célebre templo, tan rico en obras de arte. Está situado en la Piazza del Popolo, junto a una de las antiguas puertas de la ciudad. Pertenece desde 1250 a los agustinos.


La primera edificación fue una simple capilla construida por orden del papa Pascual II sobre el mismo lugar donde Nerón fue sepultado. Seguramente el papa quiso celebrar con esta iglesia la liberación del Santo Sepulcro que tuvo lugar el mismo año de su fundación, 1099. Las obras fueron costeadas por el pueblo romano, de ahí el nombre que recibió la iglesia desde sus orígenes y la advocación del icono posterior (siglo XIII, de inspiración bizantina) que preside el altar mayor y cuya autoría se atribuía al evangelista San Lucas, aunque a veces se atribuye el topónimo a la abundancia de chopos (en italiano: pioppi) en este lugar.

Altar Mayor. Santa Maria del popolo

La capilla fue ampliada en 1227 por el papa Gregorio IX, pero será en el siglo XV (bajo el impulso de Sixto IV) cuando se realicen las intervenciones arquitectónicas que determinan la configuración actual del templo. La historiografía contemporánea tiende a pensar que fue Andrea Bregno quien las diseñó y ejecutó, dando al edificio un aspecto renacentista. En cualquier caso, no hay certeza absoluta sobre los autores de la arquitectura ni de la fachada (esta última también modificada por Bernini en el siglo XVII).

La iglesia tiene tres naves con transepto y un muy desarrollado ábside (donde está el coro conventual). Está cubierta con bóvedas de crucería sobre pilares con semicolumnas adosadas, siguiendo el modelo de las iglesias lombardas del siglo XV que, a su vez, se inspiran en la tradición gótica de la zona. Hay cuatro capillas poligonales en cada nave lateral y dos más flanqueando el presbiterio.

Cappella Chigi (Rafael Sanzio).

En el siglo XVI Donato Bramante y Rafael Sanzio hacen nuevas obras (el primero, el coro absidial; Rafael, la capilla del banquero Agostino Chigi). En el XVII Alejandro VII decidió reformar de nuevo la iglesia y fue Gian Lorenzo Bernini el encargado de conferir a la decoración interior del templo el aspecto barroco actual. En ese mismo siglo, Carlo Fontana reforma una capilla (la cappella Cybo) e imita la obra de Rafael en la capella Chigi.

En la iglesia se conservan obras artísticas extraordinarias: así, la Natividad (hacia 1490) de Tiberio d'Assisi o la tumba de los cardenales Della Rovere del escultor Andrea Bregno en la primera capilla de la nave derecha; el sepulcro del obispo Pietro Foscari (con escultura de bronce de Vecchietta) en la capila Costa (cuarta de la nave derecha). En la capilla Cerasi se conservan dos obras maestras de Caravaggio: la Conversión de San Pablo y la Crucifixión de San Pedro; y también otro excelente óleo de Annibale Carracci, la Asunción de la Virgen. En la cuarta capilla de la nave izquierda está la obra maestra del escultor Alessandro Algardi: el busto del cardenal Garcia Mellini (hacia 1630).

Asunción de la Virgen de Annibale Carracci.

En la sacristía se conservan restos escultóricos del convento destruido y el antiguo altar mayor del templo, importante obra en mármol de Andrea Bregno de 1473, en el que integra una virgen anterior de la escuela sienesa (siglo XIV).

Crucifixión de San Pedro de Caravaggio

Situado en el profundo ábside principal, su aspecto actual se debe a las sucesivas reformas que realizó el arquitecto Donato Bramante, la primera hacia 1500 y la segunda entre 1505 y 1509. Se conservan aquí las extraordinarias esculturas de Sansovino del Cardenal Ascanio Sforza (1505) y del Cardenal Girolamo Basso Della Rovere (1507). La bóveda está pintada por Pinturicchio y representa la Coronación de la Virgen, con evangelistas, sibilas y doctores de la iglesia.

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