Hemos contemplados en las Imágenes Sagradas la fachada del Juicio Final de la Catedral de Bourges. Por eso, vamos a conocer un poco más en profundidad la catedral de esta diócesis, situada en el centro de Francia, que pasa por ser una de sus más primitivas comunidades cristianas.
En 1195, Henri de Sully, arzobispo de Bourges, hermano de Eudes de Sully, obispo de París, hizo una donación al capítulo de la catedral de Bourges. Esta donación constituiría el punto de partida para la construcción de una nueva catedral en Bourges que sustituiría a la antigua catedral románica erigida en los siglos XI y XII que se había quedado demasiado pequeña. No se tienen datos concretos de dicha catedral románica, únicamente se tiene constancia de que, en ese lugar, existió un centro de culto cristiano que databa del siglo III cuando la ciudad romana de Avaricum protegía a la primera comunidad cristiana de la Galia. En el mismo lugar en el que actualmente se encuentra la catedral se construyeron, sucesivamente, cuatro edificios: dos criptas monumentales fueron erigidas por Saint Ursin en el siglo III; otra por el arzobispo Saint Palais en el siglo IV, y otra por el arzobispo Raoul de Turenne en el siglo IX. Gozlin, arzobispo de sangre real (hermano de Roberto el Piadoso) fue el constructor de la primera catedral románica a principios del siglo XI.
Bourges, ciudad real desde 1100, estaba situada, en aquella época, al límite sur del dominio real, a muy pocas leguas de la Aquitania, posesión inglesa por aquel entonces. Por otra parte, el arzobispo de Bourges ostentaba el título de Primado de Aquitania, por lo que su autoridad, en ocasiones puesta en duda, se extendía hasta Burdeos.
La nueva catedral fue el primer edificio gótico que se construyó al sur de las tierras del Loira siendo su trascendencia sumamente importante tanto para el prestigio del rey de Francia como para el del propio arzobispo. Insignia del dominio de los Capetos en el mediodía de Francia, la catedral de Saint-Étienne de Bourges tenía que ser única en su concepción. Fue entonces cuando se decidió llevar a cabo la construcción de un edificio de gran envergadura comparable a Notre-Dame de París, en la que se incluyeron algunas innovaciones.
Para conseguir esto, fue preciso construirla fuera de las viejas murallas que rodeaban el recinto galo-romano extendiéndose hasta las fosas. Para salvar el desnivel existente fue preciso construir un basamento que anticipaba, exactamente, el plano de la cabecera. Es la denominada iglesia baja y a la que, equivocadamente, se le llama la cripta.
En 1195 se empezó la construcción de la catedral, y en 1214 la mitad del edificio estaba casi acabado (un poco más del coro actual). El diseño de la nueva catedral era sencillo, pero muy armonioso. Se trata de una forma de basílica con diferentes capillas que rodean la nave central. Lo que la convierte en un edificio destacable es la perspectiva de los muros laterales y la unidad del espacio interior. En un principio, el arzobispo Henri de Sully pareció haberse inspirado en los planos de Notre-Dame de París; pero, al morir éste en 1199, su sucesor, el arzobispo Guillaume de Dangeon, antiguo abad cisterciense, se implicó de manera importante en el desarrollo de la cantería y en la definición del programa iconográfico. El fallecimiento de Guillaume en 1209 seguido casi de inmediato por su canonización, provocó una afluencia de donaciones procedentes tanto de los feligreses como de los peregrinos.
Tras una interrupción de unos doce años, en 1225 se reemprendió la segunda parte de la construcción (la parte principal de la nave y la fachada occidental), trabajos que prosiguieron hasta 1230, año en el que se dio por terminada la obra principal. Después, los trabajos de la fachada fueron efectuados con más lentitud. En 1313 fue preciso apuntalar la torre sur, en la que habían aparecido algunas fisuras, implantando en ella un enorme pilar de seguridad. Debido a la inseguridad de la torre, resultó imposible el incorporar, a la misma, el campanario, lo que motivó que ésta fuera conocida como la torre sorda. Se prosiguieron los trabajos de consolidación de la fachada y de la torre norte que, en el momento de la consagración de la catedral el 13 de mayo de 1324 estaba sin acabar.
Cuando a finales del siglo XV se inició la reconstrucción de la torre norte que se había desplomado en 1506, ésta se hizo en armonía con la fachada gótica, aunque se incorporaron algunos elementos decorativos renacentistas. Es conocida como la torre de mantequilla ya que la misma fue financiada, en parte, por las sumas aportadas por los feligreses que fueron dispensados del ayuno perceptivo durante la Cuaresma. Durante las guerras de religión, en 1562, Bourges fue dominada por los protestantes y las esculturas de la catedral quedaron gravemente dañadas.
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