viernes, 6 de junio de 2014

Monasterio premostratense de Santa María de Retuerta


El Monasterio de Retuerta fue la primera fundación premostratense en España, siendo la segunda Santa María de La Vid en Burgos, aguas arriba del río Duero. El monasterio de Retuerta se instituyó como casa madre de la Orden en Castilla. Su fundación se debe a Sancho Ansúrez, nieto del conde Ansúrez, señor de Valladolid. Sancho Ansúrez hizo un viaje a Francia junto con su amigo Domingo (hijo del Conde de Candespina), para realizar sus estudios en París y, allí, tuvieron la oportunidad de ponerse en contacto con los monjes de la Abadía de Prémontré. Los dos entraron como religiosos en dicha Orden y años más tarde fueron enviados para fundar en España los monasterios de Retuerta y La Vid respectivamente.


Hasta la fecha en España no existía ninguna fundación premostratense. Sancho obtuvo pronto la ayuda de su familia. Su tía la condesa doña Mayor y su primo Ermengol, conde de Urgel, le cedieron unos terrenos en un lugar llamado Fuentes Claras. Pero la fundación no se quedó exactamente en esas tierras sino que fue trasladada a otras muy cercanas donde existía una iglesia dedicada a San Martín. El lugar era conocido como Retuerta, Rivulotorta o Retorta, apelativos que tomó el monasterio y que aparecen indistintamente en los documentos.


En el emplazamiento de Retuerta empezaron las obras definitivas de edificación en el 1146. El abad Bernardo procedente del monasterio de la población francesa de Prémontré fue el encargado y responsable de la ejecución y puesta en marcha de la nueva fundación. Nombró a Sancho Ansúrez primer gobernador o abad del monasterio, que ocupó el cargo hasta 1163.


El final de la Edad Media constituyó un periodo inestable debido al conflicto de los abades comendatarios y a la crisis religiosa y relajación de la regla. La reforma de estos monjes fue encomendada a la Orden de San Jerónimo cuyos monjes ocuparon el edificio tomando cartas en el asunto y encarcelando a algún canónigo premostratense. Surgió entonces la Congregación Premostratense Hispánica como un intento de reforma y transformación en los conventos. A raíz de este hecho se estableció en Retuerta un Noviciado Común para toda España.


Retuerta sufrió como el resto de los monasterios españoles las consecuencias de las consecutivas desamortizaciones del siglo XIX. Con la desamortización de Mendizábal desapareció la comunidad premostratense. Las obras artísticas fueron puestas a la venta o bien trasladadas a parroquias cercanas. El edificio llegó en bastante buen estado hasta el siglo XX, debido en parte a que fue habitado y cuidado por familias de colonos que atendían las fincas.


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