La Iglesia de Jerusalén, como da testimonio un antiguo leccionario conservado en lengua georgiana (ss.VII-VIII), celebraba el 28 de agosto “en la ciudad de Enqarim, en la iglesia de Isabel la justa, su recuerdo”. Según una tradición que se remonta al siglo IX, esta localidad fue considerada como el lugar del nacimiento del Bautista y una iglesia fue construida como recuerdo de los hechos que nos narra el evangelio de San Lucas.
La casa de Zacarías está situada a los pies de un monte a occidente Jerusalén. A la casa de Zacarías llegó María para saludar a Isabel. En aquella misma casa nació Juan el Precursor. Hoy, una iglesia ocupa este lugar. En su interior, a izquierda bajo un altar se ve una pequeña gruta en la que nació Juan el Precursor (Abad ruso Daniel, a principios del siglo XII). Esta misma iglesia existe todavía hoy, no habiendo sido nunca destruida, sino que fue convertida en establo por los musulmanes durante más de cuatro siglos hasta que, los franciscanos, a finales del siglo XVII, consiguieron tomar posesión del lugar. Las excavaciones, llevadas a cabo fuera del recinto de la iglesia, por el P. Saller, (1941-42) han demostrado que se encontraba dentro de un área habitada desde el siglo primero por hebreos (baños rituales) y luego por paganos (lagares y una estatua de Afrodita).
En la época bizantina, a partir de los siglos IV-V, se constata un amplia zona de cementerios cristianos al lado de unas veneradas sepulturas de dos “mártires de Dios”, mencionados en una inscripción de un mosaico del pavimento descubierto en el año 1885. En frente de estas sepulturas se encontraron restos de una capilla pavimentada con mosaicos. Y sucesivamente, otra más en la zona sur. Todos estos elementos, aunque no tengan relación directa con San Juan Bautista, son un testimonio de una antigua tradición de culto en el lugar.
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