Ayer visitamos la colegiata de Covarrubias; pero, tal vez, lo que quedó por explicar, es lo que significa esta palabra. Una Colegiata era, por así decirlo, una casa religiosa no habitada por monjes, sino por sacerdotes que vivían en comunidad bajo la Regla de San Agustín, con una serie de bienes adscritos a los distintos oficios que se desempeñaban en ella. Por lo general, se trataba de importantes instituciones con abundantes bienes, lo que explica la riqueza de su patrimonio, vinculado con algún motivo religioso que atraía la devoción de los fieles. Las Colegiatas sufireron, también, la desamortización; y, con el tiempo, fueron suprimidos los cabildos regulares.
Hoy, gracias al montaje realizado por J. Carlos Casado, visitamos la Colegiata de San Bartolomé de Belmonte, en la Diócesis de Cuenca.
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