Sobre la colina romana del Viminale se encuentra la iglesia de Santa Pudenciana construida sobre la casa de su padre Pudente en el vicus Patricius. Fue uno de los lugares más venerados por los cristianos romanos. Santa Prudenciana vivió aquí con su hermana, santa Práxedes. Aquí, San Pedro recibió la hospitalidad y los primeros cristianos se reunían a menudo. Hoy en día, esta iglesia se encuentra bastante olvidado porque estuvo cerrada por un tiempo muy largo.
El Papa Siricio en torno al año 390 rehízo el templo que había sido enriquecido antes por Pudenciana y su hermana Práxedes que habían puesto aquí los cuerpos de muchos santos que murieron durante la persecución de Domiciano, y de la cual la sangre se recogió en un pozo todavía existe.
El cardenal Schuster indicaba este lugar como residencia papal, relacionando la casa de Pudente con los recuerdos de san Pío I y sus hermano Hermas.
En el interior se puede ver un mosaico del siglo V, con su majestuoso Cristo rodeado de los Apóstoles, también está el sarcófago donado por el cardenal Wisemann donde guardaba la mesa en la que San Pedro celebró por primera vez en Roma, el Santo Sacrificio.
También puede disfrutar de los recuerdos en bronce de los cardenales Czacki y Lucien Bonaparte que sobresalen del paraíso de Pomarancio y rodeado de vívas pinturas de Federico Zuccari.
Dominios Dextera me exaltavit se repetia en Santa Prudenciana mientras se elevaba al Señor la oración por la redención en este remoto rincón del barrio
Prudenciana nos muestra el camino donde reinen la caridad y el amor, porque allí está Dios y nuestro señor Jesucristo estará en medio de nosotros. Entonces él será el Salvador, Señor y Rey de nuestros corazones y de nuestro hogar.
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