Castrojeriz es una de esos lugares de la geografía castellana en los que hoy cuesta imaginarse un glorioso pasado. Pero no sólo una prosperidad material que dio lugar a unos monumentos sorprendentes, sino también a un florecimiento espiritual, que nos ha legado instituciones y rincones impregnados del mejor aroma cristiano.
Uno de ellos es el Monasterio de las Clarisas, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Situado a las afueras del pueblo, se accede a él a través de un portón que da paso a un amplio atrio, en el que se yergue la iglesia y un costado de las edificaciones conventuales.
El templo es de una nave, con trazas góticas, a los pies del cual se encuentra la sencilla sillería desde la cual eleva sus plegarias la comunidad de hermanas clarisas.
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