Visitamos hoy lo que fuera Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. Situado al norte de la diócesis de Palencia, entre Herrera y Cervera de Pisuerga, se desconoce con certeza el momento exacto de su fundación, que debió tener lugar a lo largo del siglo X, una época de asentamiento del primitivo reino de Castilla, a pesar de la fuerte presión del Califato de Córdoba. Se menciona por primera vez con el nombre de San Cosme, San Damián y Santa Eufemia, como comunidad de monjes, en el año 946, fecha en que gobernaba la zona el Conde de Monzón Assur Fernández.
Santa Eufemia de Cozuelos fue donado, el 6 de diciembre de 1186, por Alfonso VIII a Sancho Fernández, primer Maestre de la Orden, y uno de los fundadores de la misma, con todas sus pertenencias. Desde entonces, fue habitado por monjas de la Orden de Santiago.
En todos los sentidos fue a lo largo del siglo XII1 cuando el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos adquirió auténtica importancia dentro y fuera de la Orden de Santiago. La documentación, relativamente escasa hasta esta época, se revela comparativamente abundante a lo largo de estos cien años, sobre todo hacia la mitad del siglo. Además, es un hecho a destacar la permanencia como freila en el convento de la infanta Doña Sancha Alfonso, hija de Alfonso IX de León y de Doña Teresa de Portugal, mediando el siglo. Esta infanta, con fama de santidad, permaneció en el convento hasta su muerte, siendo enterrada en la iglesia del monasterio.
La prosperidad inicial dio paso, a partir del siglo XIV, a crecientes dificultades económicas, que obligaron a plantear su traslado a otro lugar. Este tipo de traslado era de difícil consecución, ya que precisaba explícita autorización de la Santa Sede. El Maestre don Alonso de Cárdenas escribió a Roma, solicitando permiso en nombre de su Orden para poder mudar de lugar determinados conventos (San Marcos de León, Sancti Spiritus de Salamanca y Santa Eufemia de Cozuelos), pertenecientes todos ellos a la Orden Militar de Santiago. En 1486, el papa Pablo II decide, a través de una bula, autorizar el traslado de estos tres conventos a los lugares que la Orden considerase más convenientes, concediendo, asimismo, permiso a los mismos para vender o permutar las tierras que configuraban su antiguo dominio, así como sus pertenencias en la zona a abandonar, por otros bienes más cercanos al nuevo lugar de habitación.
Ignoramos las razones que movieron al Maestre de Santiago a pensar en la posibilidad de estos traslados conventuales. Lo que sí podemos asegurar es que, de los tres anteriormente citados, fue el de Santa Eufemia de Cozuelos el único que llevó a cabo dicho traslado, si bien éste no seria efectuado hasta dieciséis años más tarde, desde el momento de la consecución del permiso papal, desplazándose la comunidad a la ciudad de Toledo. Desde entonces quedó abandonado el Monasterio, siendo utilizada su iglesia con templo parroquial.
Del Monasterio de Santa Eufemia nos ha quedado su magnífica iglesia románica. Es uno de los monumentos más significativos del románico palentino. Es un edificio de equilibradas proporciones, con cabecera de tres ábsides semicirculares, crucero muy desarrollado, linterna sobre el mismo, una sola nave y espadaña rematando el hastial de poniente. En el lado meridional de la nave se abre la puerta que comunicaba con el claustro desaparecido.
En el hastial occidental se abre otra portada. En el interior encontramos un juego muy variado de cubiertas. En la decoración escultórica queda patente la intervención de tres talleres diferentes que se suceden en el tiempo. Se encuentra en el lado norte del transepto el sepulcro de doña Sancha Alfonso,decorado con leones y lises. Se expone una excelente colección lapidaria en la dependencia rectangular adosada al muro norte.
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