viernes, 31 de mayo de 2013

Ain Karem

Celebramos hoy con toda la Iglesia la Visitacion de Sta. Maria a su prima Santa Isabel. Un pasaje que el evangelista san  Lucas describe en el cap. 1, 39-56. En éste están las palabras de Isabel incluidas hoy en el "Ave María", y la respuesta de María a modo de cántico, conocidas como el "Magníficat". 

Dejamos aquí un video de los franciscanos en Tierra Santa sobre Ain Karem, lugar de la casa de Isabel y Zacarias. Tambien aquí el padre de Juan el Bautista entonaría el Benedictus.

Que la Madre de Dios interceda por nosotros


jueves, 30 de mayo de 2013

El Altar cristiano

Altar de San Miniato del Monte - Florencia

El lugar santo por excelencia de todo templo cristiano es su altar. Allí es donde se celebra el Santo Sacrificio de la Eucaristía, es decir, se hace memoria sacramental de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Los altares ya eran conocidos en el antiguo Israel. Abraham, Isaac y Jacob erigieron altares allí donde Dios les salió al encuentro. Moisés también dispuso un altar ante la Tienda del Encuentro, altar que luego fue reproducido de forma solemne en el Templo de Jerusalén. Sobre ese altar se ofrecían los sacrificios prescritos en la Ley de Moisés. Elías levantó un altar con doce piedras, como símbolo del resto de Israel que no se había rendido a la idolatría.

Todo ello prefiguraba el altar de la Cruz, sobre el que el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo fue sacrificado. Ese altar también tiene forma de mesa, pues evoca así mismo el banquete de la última cena, en el que el Señor nos entregó la Eucaristía.

El altar ocupa el lugar de honor de los templo, el ábside. Se encuentra elevado sobre el resto del pavimento, pues pretende evocar el monte santo de la Cruz al que subió el Señor. El altar, al ser consagrado, es dotado de alguna reliquia, pues también alude a la sepultura del Señor y de los mártires.

En suma, el altar es el centro espiritual del templo cristiano, pues sobre él se opera cotidianamente el mayor milagro que podamos imaginar: la transubstanciación del Cuerpo y la Sangre del Señor en las especies del pan y del vino.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Monasterios de Castilla y León 2

Ofrecemos hoy la segunda parte del documental sobre los monasterios de Castilla y León, que el arquitecto Peridis realizó para Televisión Española.

martes, 28 de mayo de 2013

Monasterios de Castilla y León

El arquitecto Peridis dirigió para Televisión Española hace algunos años una serie de programas sobre el románico. Uno de ellos estuvo dedicado a los Monasterio, especialmente en Castilla y León. Hoy podemos ver la primera parte de este reportaje.

lunes, 27 de mayo de 2013

San Agustín de Canterbury


Leemos hoy en el Martirologio Romano: San Agustín, obispo de Canterbury, en Inglaterra, el cual, habiendo sido enviado junto con otros monjes por el papa san Gregorio I Magno para predicar la palabra de Dios a los anglos, fue acogido de buen grado por el rey Etelberto de Kent, e imitando la vida apostólica de la primitiva Iglesia, convirtió al mismo rey y a muchos otros a la fe cristiana y estableció algunas sedes episcopales en esta tierra. Murió el día 26 de mayo (604/605) 


Cuando el rey del Kent, Etelberto, se casó con la princesa cristiana Berta, hija del rey de París, éste le pidió que fuera erigida una iglesia y que algunos sacerdotes cristianos celebraran allí los ritos sagrados. Cuando el Papa san Gregorio Magno supo la noticia, juzgó que los tiempos estaban maduros para la evangelización de la isla. Le encomendó la misión al prior del monasterio benedictino de San Andrés, cuya principal cualidad no era la valentía, sino la humildad y la docilidad. Ese monje era Agustín.


En el año 597 salió de Roma encabezando un grupo de cuarenta monjes. Se detuvo en la isla de Lérins. Aquí le hablaron del temperamento belicoso de los sajones, y esto lo aterró hasta el punto de hacerlo regresar a Roma a pedirle al Papa que le cambiara de programa. Para animarlo, Gregorio lo nombró abad y poco después, casi para hacerle dar el paso definitivo, tan pronto llegó a Galia, lo hizo consagrar obispo. Continuó su viaje con breves etapas. Finalmente llegó a la isla británica de Thenet, a donde el rey fue personalmente a darle la bienvenida, por invitación de su piadosa esposa.


Los misioneros avanzaron hacia el cortejo real en procesión y cantando las letanías, según el rito recientemente introducido en Roma. Para todos fue una feliz sorpresa. El rey acompañó a los monjes hasta la residencia que le habían preparado en Canterbury, a mitad de camino entre Londres y el mar, en donde se levantó la célebre abadía que después llevará el nombre de Agustín, corazón y sagrario del cristianismo inglés. La obra de los monjes misioneros tuvo un éxito inesperado, pues el mismo rey pidió el bautismo, llevando con su ejemplo a miles de súbditos a abrazar la religión cristiana.


El Papa san Gregorio Magno envió con un grupo de nuevos colaboradores el palio y el nombramiento a Agustín como arzobispo primado de Inglaterra. Siguiendo las indicaciones del Papa para la repartición en territorios eclesiásticos, Agustín erigió otras sedes episcopales, la de Londres y la Rochester, consagrando obispos a Melito y a Justo. El santo misionero murió el 26 de mayo del 604 y fue enterrado en Canterbury en la iglesia que lleva su nombre.

El video que les mostramos a continuación contiene una interesante descripción de la actual Catedral de Canterbury. El texto en inglés nos cuenta cómo la Catedral se erigió sobre la tumba de San Agustín. De entre sus sucesores, el más célebre fue santo Tomás Becket, que fue asesinado por sicarios del rey, al oponerse a sus caprichos, a finales del siglo XI. Su sepulcro, junto con el de san Agustín, se convirtió en el más importante centro de peregrinaciones de las islas Británicas. Posteriormente, la silla episcopal de Canterbury también fue ocupado por otro ilustre santo: el italiano san Anselmo. La Catedral, tras la Reforma y el nacimiento de la confesión Anglicana, se convirtió en la sede primada de la Comunión Anglicana.


domingo, 26 de mayo de 2013

Pro orantibus. Monasterio de Leyre

El Monasterio de Leyre se encuentra en las estribaciones de los montes Pirineos, en la provincia de Navarra. Su fundación es conocida a partir del testimonio de san Eulogio de Córdoba, en el siglo IX, cuando muchos cristianos huyeron de la persecución de Córdoba y encontraron refugio en los escarpados montes del norte. Está dedicado al Salvador, es decir, al Misterio de Jesucristo Transfigurado. Sin duda alguna, es uno de los lugares más santos de la Iglesia hispana.

Los monjes benedictinos restauraron el monasterio a mediados del siglo XX, y perseveran de forma ejemplar en la alabanza del Creador, en un entorno incomparablemente bello.

En este domingo de la Trinidad, la Iglesia invita a orar por los contemplativos. Por eso, vamos a recurrir a una grabación anónima de unas vísperas de Cuaresma, en las que cantan el himno Audi benigne Conditor, una oración de súplica a la Santísima Trinidad.



Audi, benigne Conditor,
Nostras preces cum fletibus,
In hoc sacro jejunio
Fusas quadragenario.

Scrutator alme cordium,
Infirma tu scis virium:
Ad te reversis exhibe
Remissionis gratiam.

Multum quidem peccavimus,
Sed parce confitentibus:
Ad nominis laudem tui
Confer medelam languidis.

Concede nostrum conteri
Corpus per abstinentiam;
Culpae ut relinquant pabulum
Jejuna corda criminum.

Praesta, beata Trinitas,
Concede, simplex Unitas;
Ut fructuosa sint tuis
Jejuniorum munera.


Oh bondadoso Creador: escucha
La voz de nuestras súplicas y el llanto
Que, mientras dura el sacrosanto ayuno
De estos cuarenta días, derramamos.

A Ti, que escrutas nuestros corazones
Y que conoces todas sus flaquezas,
Nos dirigimos para suplicarte
La gracia celestial de tu indulgencia.

Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
Pero estamos, al fin, arrepentidos,
Y te pedimos, por tu excelso nombre,
Que nos cures los males que sufrimos.
Haz que por la virtud de la abstinencia
Podamos dominar a nuestros cuerpos,
Y que, participando del ayuno,
No pequen más los corazones nuestros.

Oh Trinidad Santísima, concédenos,
Oh simplicísima Unidad, otórganos
Que los efectos de la penitencia
De estos días nos sean provechosos.

sábado, 25 de mayo de 2013

Abadía de Wearmouth

Iglesia de San Pedro, Wearmouth

De lo que fue la Abadía de Wearmouth, hoy solo queda una capilla en esa localidad. Allí vivió Beda el Venerable desde la infancia y desarrollo su actividad monástica entre este lugar y la cercana abadia de san Pablo de Jarrow.

Al recordar a este gran personaje del siglo VII dirigimos la mirada a es lugar donde tanto tiempo dedico al estudio, a la escritura, y como no a la oración litúrgica y contemplativa. 
Localizada en el río Wear en Durham, Inglaterra. Es un monasterio benedictino fundado en el 674 por San Benito Biscop en terreno donado por Egfrido, rey de Northumbria. Benedicto la dedicó a San Pedro y diez años después fundó la casa hermana en Jarrow, sobre en Tyne dedicada a San Pablo. 
Monasterio de san Pablo, Jarrow

Estos dos monasterios estuvieron tan estrechamente conectados durante sus primeros tiempos que a menudo se hablaba de ambos como si fueran uno solo; pero en realidad distaban seis o siete millas uno del otro. El fundador llevó trabajadores franceses para construir su iglesia en Wearmouth al estilo romano y le colocó ventanas de vidrio (hasta entonces desconocidas en Inglaterra), pinturas y libros de los servicios. La abadía fue, entonces la cuna (como el Obispo Hedley lo dijo), no solo del arte inglés, sino de la literatura inglesa, pues San Beda el Venerable recibió su educación temprana en ella. El propio Benito fue su primer abad y el monasterio floreció bajo su mando y el de sus sucesores Easterwin, San Ceolfrid y otros, durante doscientos años. Sufrió terriblemente en la invasión de los daneses alrededor del 860 y de nuevo, luego de la Conquista, en manos de Malcolm de Escocia. Jarrow fue destruida al mismo tiempo, pero ambos monasterios fueron restaurados, aunque no hasta el nivel de su previa independencia. Se convirtieron en células subordinadas al gran priorato catedralicio de Durham y fueron en lo sucesivo ocupadas por un número muy pequeño de monjes. Solo se han conservado los nombres de dos de los superiores (conocidos como magistri), los de Alexander Larnesley y John Norton.

Iglesia de San Pedro, Wearmouth

En 1545 “toda la casa y localidad de la Antigua celda de Wearmouth,” valuados en cerca de ₤26 al año, fueron otorgados por Enrique VIII a Thomas Whitehead, un pariente del Prior Whitehead de Durham, quien renunció a ese monasterio en 1540 y se convirtió en el primer deán protestante Posteriormente, Wearmouth pasó a manos de la familia Widdrington y luego a la de Fenwick. Los restos de los edificios monásticos fueron incorporados a una mansión privada durante el reinado de Jaime I; pero ésta se incendió en 1790 y actualmente no queda ningún resto del gran monasterio asociado con los venerables de Benito Biscop, Ceolfrid y Beda. La actual iglesia parroquial ocupa el sitio de la antigua iglesia prioral. La torre data de época normanda y sin duda formó parte del edificio restaurado después de la Conquista.

Iglesia de San Pedro (Interior), Wearmouth