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martes, 22 de enero de 2019

Capilla de San Vicente de la Catedral de Valencia


Los santos Valero y Vicente fueron prendidos en el año 303 por orden del gobernador Daciano, y trasladados a Valencia. Valero fue condenado al destierro y Vicente sufrió el martirio, muriendo finalmente en fecha imprecisa —la tradición le asigna el 22 de enero— en el año 304 ó 305. De acuerdo a la leyenda, convirtió antes de morir a su verdugo.

Fachada de la Catedral de Valencia

Desde el lugar de su primera sepultura, el cuerpo de Vicente fue trasladado, en el mismo siglo de su martirio, a una basílica existente fuera de los muros de la ciudad, junto a un arrabal cristiano, conocida como San Vicent de la Roqueta, que mantuvo el culto durante toda la época islámica, estando documentadas distintos propietarios cristianos, como el Monasterio de San Juan de la Peña, reyes o Poblet. Siendo el culto que se realizaba en época de la dominación musulmana una de las pruebas más precisas de la existencia de una abundante población mozárabe cristiana.

Capilla de San Vicente

Uno llegó hace unos treinta años a la Catedral de Valencia, regalado por una familia de Padua. Según estudios forenses, pertenece a un hombre joven, presenta quemaduras en la piel y se remonta al siglo IV. Se conserva en una capilla de la Catedral de Valencia; salió en procesión el jueves, 22 de enero de 2004, al igual que cuando se inauguró el año santo. Esta imagen se repetirá de nuevo dentro de cien años.


El altar central está presidido por la imagen de San Vicente, de madera plateada, obra de José Esteve Bonet (1741-1802). Sobre el altar central se representa en estuco la Apoteosis de San Vicente, de José Esteve.. Las Estatuas sobre el altar central son alegorías de la Fe (con la cruz y el libro) y la Fortaleza (con las armas y el león a sus pies).

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