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lunes, 23 de noviembre de 2015

Basílica de san Clemente

La basílica de San Clemente es el más extraordinario testimonio arqueológico relativo a la arquitectura estratificada sobre sitios preexistentes en el transcurso de los siglos, práctica bastante común en Roma.

Sección de los niveles de la basílica de San Clemente. Roma
La basílica ocupa un sitio arqueológico articulado en tres niveles: el primero es una Domus romana y algunos edificios públicos del siglo I, el segundo una basílica paleocristiana del siglo IV y el último, el visible hoy en superficie, la basílica de San Clemente que se remonta al siglo XII. 

Durante el siglo II d.C., los terrenos sobre los que hoy se encuentra la iglesia estaban ocupados por una mansión romana, propiedad de Tito Flavio Clemente, uno de los primeros senadores romanos que se convirtieron al Cristianismo. La casa era utilizada para realizar reuniones secretas, ya que la religión cristiana estaba prohibida en aquella época.


Esta basílica debería visitarse al revés, o sea de abajo a arriba, desde la Domus romana. En esta son visibles varias habitaciones, un mitreo, o lugar donde se realizaba el culto a Mitra, (Dios solar de origen persa), que permanecería en uso para la realización de rituales de iniciación hasta finales del siglo III. Son visibles también una fuente de agua y divididos por un callejón a su vez interrumpido por los cimientos de la basílica, otros edificios públicos del siglo II y III.

Primer nivel. Mitreo y altar dedicado a Mitra.

El conjunto arqueológico fue descubierto a partir del 1857 gracias a las excavaciones de los padres Dominicos Irlandeses custodios todavía hoy de la iglesia.

Algunos años después se construyó una gran sala sobre la mansión que, tras el fin de la persecución cristiana en el año 313 d.C., pasaría a convertirse en una basílica bajo la bendición del Papa Siricio. La iglesia sufrió grandes daños durante los saqueos producidos en el año 1084 a manos de los normandos, por lo que quedó abandonada y sepultada cinco metros por debajo del nivel de las calles. 

Segundo Nivel,. Basílica Paleocristiana

La basílica paleocristiana está muy bien conservada, es posible ver los antiquísimos frescos presentes en las tres naves, un sarcófago, el altar con la característica ancla que nos traslada a la leyenda del santo titular de la basílica, de hecho el martirio de San Clemente consistió en ser arrojado al mar muerto atado a un ancla. 


La decisión de abandonar, y así pues enterrar, la que en su tiempo fue una famosa basílica se debe como hemos dicho, al grave daño ocurrido durante el saqueo de los Normandos de Roberto il Guiscardo en 1084, En el mismo terreno se llevó a cabo la construcción de una nueva iglesia bajo las órdenes del Papa Pascual II, que se vería finalizada en el año 1108 y es la misma que se conserva hasta la actualidad.
Al construir la basílica superior han sido englobadas las partes superiores de algunos frescos, de hecho algunas figuras aparecen sin cabeza, además las columnas originarias han sido reforzadas con pilastras de sostén eliminando el efecto de la columnata que divide la nave central de las laterales, típico de las basílicas paleocristianas.

A la basílica superior se accede desde la plaza que toma el nombre, un porche del siglo XII hace de arco de entrada al patio compuesto por un cuádruple pórtico de columnas jónicas, la fachada es del siglo XVII y está flanqueada por un pequeño campanario.

La basílica fue reconstruida en 1719 por Stefano Fontana, éste respetó la planta medieval limitando las intervenciones a la reconstrucción y decoraciones de los techos de las naves, en la bóveda de la nave central insertó un fresco obra de G. Chiari: "Gloria de S. Clemente" (1719)

Tercer Nivel. Basilica actual
Tres naves divididas por columnas jónicas, un bello pavimento cosmatesco, una Schola Cantorum casi en el centro de la iglesia, el cimborrio y el candelabro que se remontan al siglo XII por un momento son ensombrecidos por uno de los más antiguos mosaicos presentes en Roma.


El maravilloso mosaico representa "Cristo crucificado entre la virgen y San Juan evangelista", la representación está bastante articulada: desde un césped de acanto salen volutas que componen florituras por todo el área del cuenco absidal contorneando diversas figuras, en el césped se erige la cruz de la cual fluyen ríos paradisíacos en los que abrevan ciervos.

En el presbiterio se encuentran dos monumentos, a la derecha el del Card. Roverella, obra de G. Dalmata (1476) y a la izquierda el del Card. Venier di Isaia de Pisa (1479). A la izquierda de la entrada principal, cerrada con reja protectora, está la capilla de S. Caterina pintada al fresco por Masolino da Panicale entre el 1428 y el 1431.

Dejamos este video de la RAI sobre la basílica para su disfrute y mejor entedimiento del lugar.

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