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lunes, 19 de octubre de 2015

La abadía de San Martín de Canigó


La abadía de San Martín de Canigó, consagrada en honor a San Martín de Tours, está situada en Francia, en lo alto de la pequeña villa de Casteil, en la comarca del Conflent,, alzándose tras de un pico rocoso, a 1055 metros de altura, del macizo del Canigó.

La parte oriental de las iglesias superpuestas sería el resultado de la primera serie de las obras (consagradas en 1009 por el Abad Oliba, hermano de Wifredo II y abad de los monasterios de San Miguel de Cuixá y Santa María de Ripoll), mientras que la parte occidental se construiría después (consagrados en torno a 1014 o 1026). Esto explicaría la división en dos partes del plano de la iglesia alta. Wifredo II de Cerdaña fue el fundador de la abadía, y aunque fue enterrado en ella en la actualidad solo se conserva la tumba cavada en la roca. Las donaciones de los condes de Cerdaña impulsan, rápidamente, el crecimiento de la abadía que se convierte en uno de los principales monasterios de la región, rivalizando con el de San Miguel de Cuixá y de Arlés. La iglesia fue consagrada en 1009. Los capiteles del claustro datan del siglo XII y del siglo XIII. En 1483, un terremoto destruyó el monasterio.

De 1902 a 1932 Monseñor Carsalade du Pont, obispo de Perpiñán, recogió las ruinas y todos los elementos dispersos por la región y empezó la reconstrucción de la abadía. De 1952 a 1983, Dom Bernard de Chabannes acabó la restauración y restableció la vida espiritual de la misma. Hasta 1987 habitaban el monasterio el Benedictino Bernard de Chabannes junto a voluntarios que realizaban el mantenimiento del monasterio. Ese año el Obispo de Perpiñan cedió el monasterio a una comunidad religiosa llamada de las Bienaventuranzas

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