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viernes, 14 de junio de 2013

San Pedro, Cordoba


Recordamos hoy en el martirológio a los santos Anastasio, Digna y Félix († 853), que murieron en la Córdoba de mediados del siglo IX y cuyos restos junto a otros cuarenta mártires se encuentran en la Iglesia de san Pedro de la misma ciudad.

Se tiene constancia de la construcción de un templo en este mismo lugar en el siglo IV para albergar los restos de los mártires cordobeses Januario, Marcial y Fausto. Siglos después y tras la conquista de Córdoba por parte de Fernando III, entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, se construye sobre las ruinas del antiguo templo, una iglesia dedicada a San Pedro.
A pesar de tratarse de una de las iglesias fundadas por Fernando III el Santo, su aspecto, sin embargo, no presenta algunas de las características propias de la época de su construcción, sino que es el resultado de numerosas reformas de las que ha sido objeto

Durante la ocupación mora y la imposición de su religión islámica hubo un episodio que es digno de resaltar. Se habla del esplendor Omeya, de la Córdoba de las tres culturas, de ser la primera ciudad del mundo, etc...
Arca de plata Que guarda las reliquias de los Santos Mártires de Córdoba.
 Iglesia de San Pedro de Córdoba

Pero hubo un aspecto que no se recuerda, el de los mártires de Córdoba. Éstos, al no tener armas con las que sublevarse, se levantaron con su fe y aceptaron la muerte antes de renegar de su catolicismo.

Bajo el emirato de Abderramán II (ahora los progres se empeñan en cambiar el nombre a los moros) fue cuando empezaron a cortar cabezas. Una de las primeras las de Perfecto quien renegó de Mahoma, tras él cuarenta y ocho notables de Córdoba se ofrecieron voluntariamente al martirio. Y durante los años posteriores muchos fueron los que eligieron este modo de resistencia pacífica, porque ante la imposibilidad de luchar: mejor morir dignamente que vivir subyugado.


Todos nuestros santos de hoy habían sido animados por san Fandila, santo que se recordaba ayer, a sufrir sin temor el martirio. Los tres mártires estaban relacionados con el gran monasterio cordobés de Tavana, al que también perteneció Fandila.

Digna, natural de Córdoba, era una religiosa contemplativa en el cenobio femenino que atendían los monjes tavanenses. Anastasio, también cordobés de nacimiento, había comenzado sus estudios en las aulas de la Iglesia de San Acisclo, donde fue ordenado sacerdote, luego decidió seguirlos en Tavana, donde abrazó la vida religiosa y fue ordenado sacerdote. Félix, por su parte, no había nacido en Córdoba, sino en Alcalá de Henares (otros apuntan que procedía de Getulia -África del norte- venido por azar a España y aquí se convirtió y abrazó el estado monástico en Asturias), aunque después lo destinaron a Córdoba. 

Retablo capilla de los mártires Cordobeses

Los tres mártires fueron degollados y después quemaron sus cuerpos y arrojaron las cenizas al Guadalquivir, para evitar así que los cristianos los enterrasen y pudieran venerarlos. La Iglesia ha reunido a estos tres mártires el día 14 de junio. 

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