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jueves, 2 de mayo de 2013

Catedral Patriarcal de San Marcos de Alejandría

Catedral Patriarcal de San Marcos de Alejandría
Es difícil hacernos hoy a la idea la importancia que tuvo Alejandría para la historia del Cristianismo. Según la tradición, esta Iglesia fue fundada directamente por el apóstol san Marcos. No cabe duda de que su origen puede ser muy cercano a la vida del propio Jesús, dada la importante presencia de una comunidades judías en todo Egipto y, de una manera peculiar, en su metrópolis Alejandría. El antiguo Egipto de los faraones terminó en poder de los reyes helenistas, los Ptolomeos, y terminó siendo conquistada por Roma en tiempos de Cleopatra y Julio César. La ciudad de Alejandría fue fundada en la delta del Nilo, en honor de Alejandro Magno, su conquistador. Desde entonces, esta ciudad fue una de las principales urbes del mundo, junto con roma o Antioquía.


El cristianismo floreció rápidamente en Egipto. Las persecuciones no pudieron extirparlo, y produjeron un impresionante número de mártires. Antes de terminar las persecuciones, nació también allí el movimiento monástico cristiano.


Con la paz del emperador Constantino, la sede episcopal de Alejandría alcanzó una importancia similar a la de Roma o a la de Antioquía. De hecho, en el primer concilio ecuménico de Nicea del año 325, ya los tres patriarcas se reconocen mutuamente su preminencia. En el siguiente concilio ecuménico, se añadirá la sede de la nueva capital imperial, Constantinopla; y, posteriormente, dada la importancia espiritual de la Tierra Santa, se reconoció como sede patriarcal a Jerusalén. Estos reconocimientos configuraron la llamada Pentarquía, es decir, la estructuración de la Iglesia de la Antigüedad en torno a cinco iglesias preeminentes: Roma, Alejandría, Antioquía, Constantinopla y Jerusalén.


En la lista de los patriarcas de Alejandría sobresalen dos grandes doctores de la Iglesia: san Atanasio (cuya memoria hoy celebramos), y san Cirilo. La catedral patriarcal de Alejandría siempre fue la Catedral de San Marcos, donde se custodiaban las reliquias del Apóstol. Estas reliquias fueron robadas en el curso de las Cruzadas por las tropas venecianas, que las llevaron a Venecia, surgiendo así la sede patriarcal y la catedral de san Marcos de Venecia.


En los años sesenta del pasado siglo, el papa Pablo VI, buscando la reconciliación entre las iglesias, separadas desde la antigüedad, devolvió las reliquias de san Marcos a los coptos egipcios. El documental que sigue a continuación, aunque de escasa calidad y en lengua árabe, recoge este hecho histórico. Ojalá que la intercesión de san Atanasio, que tanto luchó por la unidad de la Iglesia, consiga en un futuro próximo la unidad con la comunidad cristiana copta, que de hecho cuenta con cerca de veinte millones de fieles, después de siglos de opresión musulmana.

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