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viernes, 25 de enero de 2013

Damasco


Allí fue donde a los discípulos de Jesús, comenzó a llamárseles "Cristianos". Junto a la ciudad de Jerusalén, al alba de nuestra fe, se encuentra la ciudad de Damasco. Allí se había establecido una comunidad cristiana, según parece formada a partir de conversos al judaísmo de procedencia helénica.

¿Quién eran estos prosélitos? Los judíos, tal como aparecen en las últimas etapas del Antiguo Testamento, se consideraban a sí mismos como portadores de la luz de la Sabiduría, que Dios les había transmitido a través de la Ley. Desde la destrucción del reino de Israel, se habían dispersado por todo el Mediterráneo, y habían atraído a la fe a personas que no pertenecían a su raza, pero que aceptaba la Alianza, y eran aceptados por Dios a través de la circuncisión. Eran los prosélitos. Pues bien, algunos de estos prosélitos judíos se convirtieron al cristianismo. Principalmente contra éstos, que pronto relativizaron las normas de la Ley, se dirigió la violenta persecución que tuvo en Pablo a uno de sus principales protagonistas.

La ciudad disfrutó de una notable prosperidad durante el Imperio Romano, alcanzando su máximo grado de prosperidad en el siglo II, cuando obtuvo del emperador Septimio Severo el título de colonia, es decir, lugar de ciudadanos romanos. Su fuente de prosperidad era el comercio, con caravanas que se internaban hacia el Oriente y Arabia.


La dominación romana continuó durante el Imperio Bizantino. El cristianismo había alcanzado entonces un gran desarrollo. Toda esta zona estaba comprendida en el llamado Patriarcado de Antioquía, que terminó por separarse de los demás patriarcados tras el Concilio de Éfeso. En cualquier caso, en toda la Provincia de Seria llegó a desarrollarse un floreciente monacato, con figuras tan representativas como Efrén el Sirio o, ya en la época de la dominación musulmana, el gran escritor san Juan Damasceno. La invasión musulmana del siglo VII supuso el fin de la época cristiana, y el comienzo de una presión religiosa que llevará a la mayoría de la población a abrazar la nueva religión. Sin embargo, la minoría cristiana ha perdurado hasta nuestros días. Si en la foto de arriba vemos la entrada de la ciudad antigua, en la de abajo vemos la catedral cristiana de la ciudad.


Actualmente hay en Siria, según las estimaciones más fiables, en torno a dos millones de cristianos. El cristianismo sirio sirio está dividido en dos ramas: uno que está en comunión con la Iglesia Católica, y otra unida a la Iglesia Ortodoxa, también llamada Jacobita, que procede el Patriarca Jacobo Baraday. En cualquier caso, descienden del venerable Patriarcado de Antioquía, uno de los tres primeros junto con Alejandría y Roma. Desgraciadamente, hoy vuelve a vivir la ciudad una nueva situación de persecución, como en la época de Pablo. Él, que fue el perseguidor de los cristianos, interceda especialmente por la Iglesia en Siria, para que pueda seguir confesando a Cristo como salvador de los hombres, y sirva de instrumento de paz en un lugar tan atormentado por la guerra y las discordias humanas.




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